JERUSALéN/TEL AVIV (DPA) - Cientos de miles de personas se congregaron ayer en Tel Aviv para exigir la renuncia del primer ministro israelí, Ehud Olmert, quien analiza la posibilidad de realizar una reforma de gabinete para lograr estabilizar su situación tras las duras críticas que recibió por la Segunda Guerra del Líbano.

Según medios israelíes, en el marco de esta reforma, el premier evalúa la posibilidad de destituir a la ministra de Relaciones Exteriores, Tzipi Livni, quien había aconsejado la renuncia de Olmert y es considerada -en base a las encuestas- una posible sucesora en el cargo.

En la arena política, Olmert logró el miércoles una victoria táctica, al pronunciarse la gran mayoría del grupo parlamentario de su partido, Kadima, por su permanencia en el cargo. Pero en la calle, entre 100.000 y 150.000 personas -según medios locales y organizadores-, pertenecientes a distintos espectros políticos, reclamaron hoy a viva voz su renuncia.

Al grito de "Afuera los fracasados", los manifestantes reunidos en la Plaza Rabin exigieron también la renuncia del ministro de Defensa, Amir Peretz, considerado responsable junto al premier y al ex jefe del Estado Mayor israelí Dan Halutz de los errores del conflicto conocido como Segunda Guerra del Líbano.

Este conflicto entre Israel y la organización islámica Hizbollah tuvo lugar en julio y agosto del año pasado y comenzó luego de que ese grupo chiíta secuestrara a dos soldados israelíes y matara a otros tres en una operación trasfronteriza. El lunes se publicaron las conclusiones de un investigación realizada por una comisión oficial, en las que Olmert, Peretz y Halutz son responsabilizados por graves errores durante esa guerra. Ante todo, los objetivos de hacer retornar a los secuestrados y debilitar a Hizbollah -citados como argumentos para iniciar la guerra-, no fueron cumplidos, y faltaron además planes claros, evaluación de otras alternativas y búsqueda de asesoramiento al lanzar la ofensiva, indicó.