PARíS (Télam especial, por Hernán Campaniello).- El centrista Francois Bayrou ganó ayer la escena en la recta final de la campaña por la presidencia francesa al anunciar que no votará al conservador oficialista Nicolas Sarkozy en el ballottage del próximo domingo.

"No votaré a Sarkozy", dijo Bayrou, quien evitó definir si eso significa que pondrá su sufragio a la socialista Segolene Royal, la adversaria del ex ministro del Interior.

Royal consideró a las declaraciones de Bayrou, líder de la tercera fuerza política francesa y el personaje político de mayor popularidad en Francia, como una "señal inequívoca" a su favor. La socialista aseguró que si es electa trabajará "con el centro en general y en particular con Francois Bayrou" . Por su parte, el favorito Sarkozy le pidió a Bayrou que "mantenga la calma" y dijo no entender porqué el centrista hizo esas declaraciones. "Nuestros programas son parecidos y hemos sido amigos", añadió.

La UDF de Bayrou con sus 6.8 millones de votos, se transformó en el árbitro de la consulta, especialmente luego de que Jean-Marie Le Pen, del Frente Nacional (FN), llamara a sus electores a la "abstención masiva".

Un sondeo dado a conocer por Le Figaro desato una polémica entre el PS y la UMP al sostener que el 53 % de los consultados juzgaron mas convincente al candidato oficialista en el debate que sostuvo con Royal el miércoles. Según el sondeo, un 31% optó por Royal y un 16 % consideró que ninguno de los dos sacó ventajas.

La "fiabilidad" de esta encuesta fue cuestionada por el PS, que resaltó las "estrechas" relaciones de varios integrantes del consorcio propietario del conservador cotidiano con el candidato de la UMP.

El debate de ayer fue picante pero los temas mas importantes dejaron paso a simples detalles administrativos que jugaron en contra de la fluidez de la apasionada discusión que se extendió durante dos horas y 40 minutos. Entre tanto, los dos candidatos realizaron ayer sus últimos grandes actos de campaña, debido a que mañana comienza a regir la veda electoral. Por la tarde, en Montpellier, Sarkozy, sostuvo que pretende que "Francia posea un Estado fuerte" porque "esa es la condición necesaria para la apertura, la libertad y la descentralización". Ante 15.000 personas el conservador fustigó "la impotencia publica" que rige "desde hace 30 años" . Por su parte, en Lille, la diputada, ante 20.000 personas, volvió a reclamarle a los franceses que "sean audaces y se animen a votar a una mujer presidenta". "De ustedes depende que Francia siga siendo un país modelo, solidario y que defienda los derechos elementales ", dijo.