La lista de actitudes violentas de Sessa, quien en el 2003 en la cancha de Racing se bajó los pantalones mostrándole su trasero a la hinchada de la 'academia', ya tiene un llamativo recorrido.
Uno de los más destacados de la serie de Sessa se produjo en octubre del 2002, en Vélez-San Lorenzo, cuando protestó un fallo del árbitro Sergio Pezzotta, quien le marcó la tarjeta amarilla. Como siguió protestando, Pezzotta le señaló la roja y el arquero, fuera de sí, lo tomó del cuello con una mano. Lo suspendieron 10 partidos.
Es probable que el '1' de Vélez se haya arrepentido de la agresión inmediatamente, pero el daño ya estaba hecho. Hace unas semanas, después de los sucesos en el estadio Córdoba, dijo: "No merezco que me asesinen o me critiquen de la manera que lo están haciendo. Mi familia sufre mucho y no es justo. Todos cometemos errores". Su problema es que ocurren muy seguidos y cada vez más graves.