Los católicos franceses hablan orgullosos de su país como la "hija mayor de la Iglesia". Pero de cara a las elecciones presidenciales de hoy, otra comunidad religiosa quiere poder tener una palabra decisiva: los musulmanes.
Hay cinco millones en Francia y la tendencia es a ir en aumento. Muchos se sienten excluidos y su conciencia de grupo ha aumentado con los disturbios del otoño de 2005 en los suburbios de inmigrantes. Como nunca antes, los habitantes de las "cités" se han inscrito en el censo electoral. El potencial es considerable. En los "focos sociales potenciales incendiarios", uno de cada cuatro ciudadanos con derecho a voto no se inscribía tradicionalmente, según el centro para análisis estratégico de París. En Saint Denis, cerca de París, donde comenzaron los disturbios otoñales, eran incluso más. Pero esta vez, las inscripciones se han disparado allí. Y los candidatos reaccionan: las visitas a las "cités" fueron obligadas.