Los responsables de investigar la desaparición de Otoño Uriarte consiguieron revelar un escenario estremecedor sobre el secuestro de menores para obligarlas a ejercer la prostitución en Río Negro.

Los datos obtenidos son impactantes y una causa judicial que se abrirá durante las próximas horas en el Juzgado penal 30 de Choele Choel apuntará directamente contra policías de la provincia, presumiendo que están implicados en una red de encubrimiento a los responsables de este tipo de delitos.

Este diario pudo acceder a las hojas del expediente del caso Otoño en las que se reflejan pruebas contundentes sobre los mecanismos utilizados en una comisaría del Valle Medio para "blanquear" a las jóvenes sometidas. Esos registros están en poder de la jueza de Cipolletti, María del Carmen García García, pero serán derivados a la

magistrada Marisa Bosco para que se determine específicamente qué nexos existen entre personal la comisaría Octava de Choele Choel y las personas que regentean los locales nocturnos de la zona. Las principales presunciones indican que policías se encargaban de facilitar documentos apócrifos para hacer aparecer a las víctimas como mayores de edad y con otra identidad.

Además de la gravedad de la situación detectada en el Valle Medio, los elementos reunidos por la Justicia son fundamentales para empezar a entender todas las frustraciones registradas desde que comenzó la búsqueda de Otoño Uriarte, vista por última vez el 23 de octubre del 2006.

El expediente permite conocer numerosas irregularidades en el accionar de la Policía, que rechazó colaboraciones de fuerzas especiales de Nación, planteó hipótesis contradictorias y se resistió a realizar procedimientos que podrían comprometer a sus agentes en la desaparición de la adolescente de Fernández Oro.

En este sentido, el nuevo rumbo iniciado por la Justicia en torno al caso Otoño complicará al subjefe de la Policía, Víctor Cufré. Se trata de quien encabezó la investigación de la fuerza después de recibir la denuncia de los familiares, pero sobre todo es el uniformado que afirmó en noviembre de 2006 que la chica se había alejado de su hogar por sus propios medios.

Escuchas telefónicas

- Sabés qué. Tengo que llevar una chica para fichar loco.

- ¿Cómo está?

- Está re buena.

- Uy, qué los parió. Esperá... le preguntamos al subco...

Este diálogo (ver aparte la transcripción completa) fue protagonizado por un proxeneta y un policía de la comisaría Octava de Choele Choel. Ocurrió poco después de la desaparición de Otoño, considerada formalmente un secuestro a partir del cambio de carátula del expediente registrado en los últimos días.

Cuando la jueza García García de Cipolletti se enteró de la conversación, a partir de una escucha telefónica, no existían precisiones sobre la identidad de esa menor. Por eso dispuso que se verifique si era Otoño, poniendo en conocimiento de inmediato al fiscal Oscar Cid.

Pero inexplicablemente sólo se hizo un tardío allanamiento a un cabaret de Choele Choel, con el único objetivo de establecer si la chica de Fernández Oro estaba allí. Otoño no fue encontrada, el fiscal no promovió acciones para investigar la red que involucraba a policías con proxenetas y la situación del Valle Medio nunca varió.

Acorralado por otras acusaciones, el jueves pasado se supo que Cid fue apartado de la causa que investiga el destino de la joven Uriarte.

Omisiones

Los registros de documentación oficial que pudo conocer "Río Negro" también revelaron que la policía ocultó a la jueza García García gran parte de la información y elementos que se obtenían de las actuaciones que se desarrollaban en la comisaría de Fernández Oro en relación al caso Otoño.

Cuando advirtió lo que estaba ocurriendo, la propia magistrada denunció la situación ante el presidente del STJ, Víctor Sodero Nievas, que ordenó una investigación interna a cargo del auditor general del Poder Judicial, Gustavo Martínez.

Ese trabajo permitió conocer una gran cantidad de anomalías en el proceder policial. Una de las más graves tiene que ver con la información a otras fuerzas de seguridad sobre la desaparición de Otoño.

Cuando todos creían que las policías de otras provincias, Gendarmería, Prefectura y Migraciones fueron puestas al tanto de inmediato, del expediente y de las fuentes consultadas surge que nada de eso ocurrió.