Organización. Los miembros del equipo que se encargó de organizar el evento cumplieron con acierto su función. El ingreso al predio era veloz, gran cantidad de acomodadores ubicaban a los espectadores y guardias de seguridad recorrían constantemente el lugar. La presencia de ambulancias con equipo de paramédicos y un camión de bomberos más la presencia de baños químicos estratégicamente distribuidos, dieron cuenta de una organización sin fisuras.
Estacionamiento. Debido a que el escenario y las plateas fueron ubicadas en la parte posterior del casino, gran parte del estacionamiento se encontraba inutilizable por lo que sólo algunos vehículos tenía autorización a ingresar al mismo. Afuera, el caos era notorio, con poco personal especializado para guiar a los automovilistas. El barrio Jardín fue, de tal forma, invadido de autos y desde allí los espectadores se trasladaban a pie hasta el lugar del recital.
Merchandising. Remeras, vinchas, fotos, posters e innumerables objetos para brindar luz durante la noche (que reemplazan al tradicional uso de los encendedores en los recitales) eran ofrecidos por vendedores ambulantes antes y después del show. No sólo las fanáticas más jóvenes optaron por llevarse un recuerdo, gran parte del público compró algunos de estos objetos, sobre todo finalizado el espectáculo.
Invitados vip. En uno de los salones del casino se instaló un espacio vip, previo al espectáculo, en el que se sirvió comida y bebida y se ofrecieron regalos como remeras del cantante a los invitados especiales. Entre ellos, el intendente de la ciudad Osvaldo "Pechi" Quiroga y la hija del gobernador Sobisch. Igualmente no fue fácil ver al cantante pero sí a miembros de la banda, a su hermano y a su madre, que lo acompañan en la gira. (A. L.)