TEHERAN (AFP) - Irán ha desoído la exigencia de la ONU de suspender su programa de enriquecimiento de uranio porque acatarla hubiese sido "contrario a su derecho" nuclear, afirmó ayer un alto responsable iraní, que aseguró que Teherán instalará 3.000 centrifugadoras para el próximo mayo.

Mohamad Saidi, vicepresidente de la Organización Iraní de la Energía Atómica, aseguró que abandonar el enriquecimiento habría sido "contrario a sus derechos, al Tratado de No Proliferación y a las reglas internacionales", por lo que "Teherán no podía aceptar la resolución 1737".

Ese texto, aprobado el 23 de diciembre por el Consejo de Seguridad de la ONU, conminaba al régimen a poner fin a sus actividades nucleares sensibles en un plazo de 60 días. Ante la expiración de ese plazo, la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) publicó ayer un informe en el que corrobora que "Irán no ha suspendido sus actividades relacionadas con el enriquecimiento". (ver nota central)

Saidi no sólo justificó su rechazo a acatar las exigencias de la ONU sino que además aseguró que el régimen ha "informado a la AIEA sobre su intención de instalar 18 cadenas" de 164 centrifugadoras, es decir, "3.000 centrifugadoras" para el próximo mayo. "Las nueve toneladas de gas transferidas a Natanz de las que habla el informe" del jefe de la AIEA, "Mohamed ElBaradei, conciernen la puesta en marcha de 3.000 centrifugadoras", apostilló.

Horas antes de que la Agencia diera a conocer sus conclusiones, el presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad, reiteró que su país no permitirá que se violen sus derechos nucleares. "El pueblo iraní no permitirá que nadie viole sus derechos" en materia nuclear y "quienes piensen esto están equivocados", afirmó el ultraconservador presidente iraní. El pueblo iraní "resistirá frente a los enemigos", insistió.

Las potencias mundiales sospechan que Irán trata de desarrollar la bomba atómica, pero este país insiste en que sólo busca producir energía con fines civiles.

" Otra suba del petróleo. Los precios del petróleo cerraron por encima de los 60 dólares, luego de un descenso mayor que el previsto de las reservas estadounidenses de productos destilados y de gasolina, y un nuevo rechazo de Irán a suspender el enriquecimiento de uranio. En el New York Mercantile Exchange (Nymex), el barril de "light sweet crude" para entrega en abril aumentó 88 centavos a 60,95 dólares.