BUENOS AIRES (Télam).- Los tres cadáveres calcinados encontrados el domingo dentro de un auto incendiado en un campo de Mariano Acosta, partido de Merlo, pertenecen a un padre que no pudo afrontar una separación, asesinó a su hija de 6 años y su hijastra de 9 y se suicidó, de acuerdo a las estimaciones de la justicia, informaron fuentes judiciales y policiales.

Los investigadores aún no pudieron determinar con exactitud la mecánica de las muertes de las tres personas, porque el automóvil se quemó a más de 1.500 grados centígrados y destruyó muchas evidencias, incluso los propios cadáveres que quedaron reducidos a huesos y muy pocas partes blandas.

Sin embargo, la principal hipótesis es que el hombre mató a sus hijas y, en el mismo momento en que prendió fuego el vehículo, se suicidó. Dentro del auto, se encontró el tambor de un revólver calibre 32 con tres vainas servidas.

Las resultados preliminares de las autopsias arrojaron un dato escalofriante: los tres cadáveres presentaban lo que los forenses llaman "negro de humo", es decir, respiraban cuando se inició el fuego.

El caso es investigado por el fiscal Fernando Bellido, quien si bien ya tiene una firme sospecha de quiénes son las víctimas, hasta que sus identidades sean chequeadas con estudios de ADN no quiso difundir sus nombres. Para la fiscalía, las víctimas son un hombre de 48 años, su hija de 6 y una hijastra de 9.

"Hay una historia de maltrato, crisis familiar y separación que pudo haber desembocado en esta tragedia", dijo un vocero judicial.

La madre de las chicas y ex pareja del hombre presentó el domingo por la mañana una denuncia por "sustracción de menores".

"Este hombre incluso amenazó con llevarse a vivir a las chicas a Mar del Plata, pero parece que fue aún más lejos y cometió una locura", dijo uno de los investigadores.

Las características de los esqueletos coinciden con las fisonomías de esta familia. Incluso, odontólogos forenses de la Policía Científica fueron convocados ayer en las autopsias para intentar identificar a las víctimas por sus piezas dentales, pero los expertos ya anticiparon que por el grado de carbonización será imposible, por lo que los ADN serán la única vía de confirmación.

Lo concreto es que el Fiat Palio blanco incendiado en el que estaban los cadáveres pertenece al hombre en cuestión, que dentro del vehículo se encontró el tambor de un revólver calibre 32 -el resto del arma se fundió por el calor-, con tres vainas servidas y que esta persona tenía un arma de ese tipo. Sentado al volante se encontró el cadáver de la persona adulta, a un costado de ella el tambor del revólver, en el lugar del acompañante el cuerpo mediano que se presume es de la nena de 9 años y en el piso de ese asiento, el más pequeño que sería de la niña de 6.