Como tantos europeos, Nikola Henckler decidió conocer Bariloche a fines del 2002. Se alojó en un albergue, y cinco días más tarde, tras anunciar que iba a caminar "por unas tres horas", se perdió todo rastro de esta fisioterapeuta oriunda de Dortmund y de 28 años.
La investigación se complicó casi de movida. Los perros rastreadores nada pudieron hacer, ya que la noche posterior a su desaparición, una fuerte lluvia borró cualquier rastro que los canes pudieran haber seguido.
Las hipótesis fueron muchas, pero ninguna prosperó. Algunos dijeron haberla visto triste en tal o cual lado, pero luego se comprobó que no se trataba de esta turista alemana.
La búsqueda se amplió a El Bolsón y Villa La Angostura, con la esperanza de que Nikola hubiera decidido sobre la marcha, cambiar su recorrido.
Sólo se sabía que la joven alemana iba a ir a caminar por la costa del lago, y luego dirigirse al cerro Catedral en colectivo. "Salgo unas tres horas", le dijo a la dueña del albergue, para luego cenar con el resto de los huéspedes.
Llevaba una mochila con su pasaporte, dinero y efectos personales, que tampoco fue encontrada.