RIO DE JANEIRO (AFP).- Las constantes lluvias que cayeron la última semana en el sudeste de Brasil dejaron hasta ayer al menos 34 muertos, 27 solamente en el estado de Río de Janeiro, con miles de evacuados en varios estados, mientras el nordeste del país es azotado por una dura sequía.
La zona más afectada por los temporales fue la región serrana de Río de Janeiro, en la ciudad de Nova Friburgo, con 11 muertos y donde se reunía el gobernador del estado, Sergio Cabral, con alcaldes y el secretario nacional de Defensa Civil, Jorge Pimentel, para establecer un plan de emergencia.
En el estado de Río, Defensa Civil divulgó un boletín que indicaba que había 27 muertos, ocho heridos, 13.839 evacuados y 2.371 que perdieron su casa.
La última víctima fue una mujer hallada ayer bajo escombros en la ciudad serrana de Sumidouro.