BUENOS AIRES (Télam).- Lejos del sesgo elitista que arrastró durante siglos y en sintonía con un fenómeno mundial, el arte argentino se desplazó este año desde los museos hacia las calles y permitió novedosas asociaciones entre artistas, piqueteros y marchands.
Apartado de un espacio que estaba destinado exclusivamente para "entendidos" o "compradores", el arte transita hoy por nuevos caminos que lo acercan con vehemencia al gran público y propician una articulación entre disciplinas, lo que deriva en un borramiento de las fronteras tradicionales entre soportes y formatos. Pinturas, esculturas, fotografías y collages se combinan con moda, instalaciones, cine y danza en circuitos cada vez más abarcativos, donde nunca falta la contraposición entre artistas consagrados y jóvenes emergentes.
Con mayor frecuencia, los proyectos exceden los carriles habituales y dan lugar a nuevas y originales manifestaciones, como intervenciones en la vía pública, interacciones con la naturaleza y los colectivos de artistas, como el grupo Etcétera, conocido por su participación en el campo social y político.
Pero, si de contraposición se trata, basta recordar cuando este año el líder piquetero Raúl Castells intentó desembarcar con mate y tortas fritas en el Alvear Fashion and Arts, una muestra de escultura, pintura y fotografía que se realiza en esa tradicional avenida del barrio porteño de Recoleta. La irrupción del piquetero en la alfombra roja, frente al Hotel Alvear, fue impedida por un doble vallado policial -escaramuzas mediante-, aunque el curador del glamoroso encuentro, Bony Bullrich, acordó con Castells que éste sería invitado a participar de la edición 2007 del evento.
Cuando ocurrió el fallido intento de la olla popular, el titular del Movimiento Independiente de Jubilados y Desocupados (MIJD) había dicho ante la prensa: "Queremos una Argentina más equitativa, igualitaria, y queremos la alfombra roja y el champán para todos".
De hecho, hace unos pocos días, Castells realizó en La Matanza un desfile de ropa confeccionada por costureras bolivianas, con militantes, modelos y el curador del Alvear. La famosa alfombra roja del Alvear fue cedida a préstamo como pasarela.
A propósito de la irrupción de una franja de público no habitual en el calendario cultural, en octubre pasado unas 280 mil personas hicieron largas filas para ingresar a más de 70 museos y espacios de arte porteños, abiertos de manera gratuita y en horarios inusuales -de madrugada- durante la denominada "Noche de los Museos".
Con las calles porteñas copadas, se veía a centenares de personas trasladándose de un museo a otro, a pie o en los minibuses gratuitos destinados especialmente para este acontecimiento que nació en la ciudad alemana de Berlín en 1977 y que Buenos Aires adoptó hace sólo tres años. Por su parte, el festival de arte y cultura contemporánea "Estudio Abierto", que albergó durante dieciocho días a diversas performances, videoartes, fotografía e instalaciones, logró reunir a unas 117 mil personas, esta vez en el Palacio de Correos.
Los quince mil metros cuadrados de las tres plantas del antiguo edificio demostraron que los espacios alternativos para el posicionamiento del arte cobran cada vez más relevancia. No pueden excluirse las dos ferias de arte más importante de la ciudad, que buscan posicionarse en la agenda internacional de los acontecimientos de este tipo: ArteBA y Expotrastiendas, que convocaron en las últimas ediciones a 100 mil y 55 mil personas, respectivamente. Otro encuentro multitudinario se dio con las Gallery Nights, las mensuales ediciones que convocan a amantes y curiosos del arte a realizar una recorrida nocturna por un circuito de galerías de los tradicionales barrios porteños, como Retiro, Recoleta o Palermo.