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Domingo 17 de Diciembre de 2006
 
Edicion impresa pag. 50 y 51 > Cultura y Espectaculos
Como en los viejos tiempos
Steven Soderbergh realizó un verdadero viaje al pasado en el transcurso de la filmación de su nueva película, "The Good German". Por cuestiones de ambientación y de presupuesto, el director de "Traffic" filmó en blanco y negro y utilizó muy pocos lentes en cada toma.

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Gran parte de los cineastas en la actualidad buscan explotar al máximo las ventajas que ofrece la tecnología. Sin embargo, para rodar su filme "The Good German", Steven Soderbergh hizo exactamente lo opuesto.

Conocido por sus películas "Sexo, Mentiras y Video", "Traffic" y "Erin Brokovich", Soderbergh se diferenció del resto de los cineastas de Hollywood desde el inicio de su carrera como un precursor del cine independiente.

Irónicamente, su última película, protagonizada por George Clooney y Cate Blanchett, se aleja por completo de este molde. Su estructura está diseñada al mejor estilo del cine clásico de los años cincuenta, cuando Hollywood dio al mundo éxitos inolvidables como "Casablanca".

"A veces siento que hubiera sido mucho más feliz si fuera Michael Curtiz", afirmó Soderbergh al diario "The New York Times", sobre el director de cine que realizó más de cien películas bajo contrato con Warner Brothers, incluyendo "Casablanca".

"Hubiese sido el paraíso para mí. Hacer una o dos películas diferentes por año, con los mejores técnicos y recursos", añadió.

De alguna forma, "The Good German", que Soderbergh dirigió para los estudios Warner Bros., busca recrear el estilo y la gloria de los años dorados del cine de Hollywood, cuando Clark Gable, Katherine Hepburn y Humphrey Bogart brillaban en la pantalla grande.

Filmada en blanco y negro, la película está ambientada en 1946 y trata sobre un corresponsal de guerra estadounidense (Clooney) que decide regresar a Berlín tras el fin de la Segunda Guerra Mundial para buscar a una mujer alemana (Blanchett) que había sido su amante durante los años del conflicto armado.

Durante el rodaje del filme, Soderbergh hizo todo lo posible para que la producción fuera lo más parecida a las de aquellos años. "Por semanas, fue como si nos hubiéramos trasladado al pasado", recordó el cineasta que actualmente está terminando la edición de "Oceans Thirteen", también protagonizada por Clooney.

El director decidió no utilizar las lentes sofisticadas tan populares en la actualidad y se limitó a tres o cuatro lentes para las cámaras. Soderbergh habló con Panavision y logró obtener algunos de las utilizadas en los años cincuenta.

Asimismo, se negó a utilizar micrófonos escondidos en los cuerpos de los actores y trabajó con un micrófono sostenido sobre las cabezas de los protagonistas por un asistente. Esto significó que los actores debían ser más expresivos y debían subir el tono de su voz para poder registrar mejor los diálogos.

"Para mí lo más fascinante de este proyecto fue ver cómo Soderbergh tenía la película en su cabeza. Steven sólo rodó las escenas que necesitaba, no filmó ningún tipo de material adicional", opinó Tobey Maguire, quien tiene un papel de reparto importante en el filme e interpreta a un soldado estadounidense con conexiones en el mercado negro.

De esta manera, el director suprimió largas horas de indecisión en el cuarto de montaje. Normalmente, los cineastas prefieren rodar la misma escena desde diferentes ángulos y con cámaras diferentes para luego tener una cantidad más variada de material a la hora de editar el filme.

Sin embargo, el peligro que esto representa es una sobrecarga creativa que termina por confundir y eliminar la visión original del creador.

En la época de los grandes estudios, los directores preparaban las luces y las cámaras con dobles y luego llamaban a los actores a interpretar la escena. Tras un breve ensayo, los actores decían su diálogo frente a las cámaras y luego los técnicos desmontaban el escenario y lo repetían de acuerdo a las ordenes del director.

"Ese tipo de escenificación es un arte muerto. Es una lástima que ya no se practique. Los directores no quieren hacerlo porque significa tomar decisiones importantes en el momento y no cambiar de idea. Significa rodar las escenas en orden para luego montarlas en el mismo orden. Sin embargo, hoy día, los directores quieren tener todas las opciones posibles en el cuarto de edición", comentó Soderbergh.

Mientras que el proceso de edición puede prolongarse por meses, para Soderbergh sólo duró unas semanas. "Tuve listo el primer corte del filme en dos días. Todas las escenas fueron rodadas de forma muy específica", explicó.

"Por supuesto he utilizado mucho dos cámaras en mis películas, por ejemplo en 'Traffic'. Sabíamos que la trama sería sumamente dinámica y necesitábamos más de una cámara. Pero incluso en esa situación se puede tomar decisiones sobre el lugar y el enfoque de la cámara", añadió.

Originalmente, Soderbergh planeaba rodar "The Good German" como normalmente lo hace con otras películas. Sin embargo, por una cuestión de presupuesto, se dio cuenta de que lo más económico sería hacerlo en blanco y negro, para poder incorporar cierto material documental.

"Por suerte, el estudio nos permitió hacerlo. Nuestro presupuesto fue de 32 millones de dólares, una cifra nada peligrosa", concluyó el director.

MYRIAM ALVAREZ

DPA

 
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