Santiago (AFP) - Unos 2.000 simpatizantes del ex dictador chileno se apostaron en las afueras del Hospital Militar de Santiago y muchos estallaron en llanto al enterarse del fallecimiento este domingo del ex gobernante de facto, producto de una descompensación generalizada. Otros 500 detractores del fallecido general se congregaban en la Plaza Italia, tradicional recinto de alegres manifestaciones deportivas, para celebrar su deceso.

Los partidarios, en su mayoría mujeres, lanzaron gritos de angustia, cuando el médico del Hospital Militar Juan Ignacio Vergara informó la muerte de Pinochet a las 14H15 locales (17H15 GMT), una semana después de que ingresó de urgencia tras un infarto grave al miocardio. Uno de los partidarios de Pinochet fue detenido por la policía cuando intentó bajar a media asta la bandera chilena izada en el frontis del Hospital Militar.

Los simpatizantes del ex dictador también atacaron a la prensa y cantaron emotivamente la Canción Nacional chilena, incluida una estrofa que honra a los soldados y que fue sacada del himno una vez que se restauró la democracia, el 11 de marzo de 1990. "Estoy muy triste, muy emocionada. Nos salvó de una guerra civil", dijo Gloria, una de las mujeres que aguardaba en las afueras del recinto asistencial. "Es tremendamente dolorosa esta situación. Es el segundo padre de la patria", señaló otra mujer a la Televisión Nacional de Chile. "Es una verdadera desgracia. Ha muerto un héroe nacional y ustedes lo único que hacen es profitar (sacar provecho) de esta triste noticia", criticó otro de los adherentes ante preguntas de un periodista.

Entretanto, en la Plaza Italia las manifestaciones de los detractores, en su mayoría jóvenes, transcurrían sin disturbios y, al correr de la tarde, nuevos grupos se agregaban a la celebración. La policía militarizada de Carabineros reforzó su vigilancia en esa zona, distante tres kilómetros del hospital donde murió Pinochet, y también se observó mayor vigilancia en torno al palacio presidencial de La Moneda. La presidenta, Michelle Bachelet, se hallaba en su residencia, al oriente de Santiago, y su Gobierno preparaba una declaración que emitiría en las últimas horas del domingo, según adelantaron fuentes oficiales.