Es sin dudas el líder natural, el depositario de las pasiones, el encargado de absorber las presiones, licuarlas y transformarlas en alegrías. David Nalbandian fue el gran hombre de la primera jornada de esta final de David.
Fue él mismo quien reconoció que más de once mil rusos y un puñado de bulliciosos hinchas argentinos fueron testigos privilegiados de uno de los mejores partidos de su vida. "Como no voy a jugar mucho mejor con toda esta gente que me viene a apoyar", fueron sus primeras palabras. No cabe duda, Nalbandian se metió en el corazón del país. "La verdad es que jugué de una manera increíble. Sentí que me salió todo lo que quería hacer dentro de la cancha", explicó el cordobés.
"Fue un partido impresionante de David. Hizo casi todo bien", dijo Alberto Mancini, tras el triple 6-4. "El arranque fue no deseado. A Juan le costó entrar, pero terminó forzando a Davydenko al límite. Si me decían antes de comenzar que firmara el 1-1, firmaba tranquilo", confesó.