El nacimiento y ocaso de muchos pueblos de la Patagonia Argentina está íntimamente ligado a la historia de "La Trochita", y así como algunos apenas sufrieron con su decadencia hay otros que todavía cifran sus esperanzas en la rehabilitación del ramal.
A pesar de que el paso del tiempo dejó al viejo tren fuera de competencia frente a los nuevos y más veloces medios de transporte, todavía es el único medio de comunicación para muchas poblaciones.
Desde hace tiempo, un grupo de amantes de "La Trochita" junto a ex ferroviarios y otros en actividad han conformado la Asociación Civil Amigos de "La Trochita", que intenta mantener vivo este ferrocarril y difundir su historia.
Una importante cantidad de inmigrantes llegaron desde distintos puntos del globo para trabajar en la construcción de este ferrocarril, en condiciones particularmente duras, sobre todo por las inclemencias climáticas. Los historiadores aseguran que trabajaron en él macedonios, griegos, croatas, búlgaros, turcos, hindúes, ucranianos y polacos entre otros, que en parte se asentaron en la región y constituyeron familias arraigadas en la Patagonia.
En 1941 el ferrocarril llegó a El Maitén, sede de importantes talleres ferroviarios, y el 25 de mayo de 1.945 el ferrocarril entró triunfalmente a la ciudad de Esquel, punto de partida del viaje que emprenderán el martes los entusiastas "ferrófilos", casi todos de la tercera edad.