" Falkner bajo sospecha. No hay duda que desde que se sospechan secuelas que se atribuyen primeramente a viajes de británicos por la Patagonia, podrían hacerse conjeturas por el paso de viajeros norteamericanos en el siglo pasado.

Vale la pena refrescar que hay quienes entrevieron en el libro del jesuita Tomás Falkner "Viaje por la Patagonia Austral" (1774), consecuencias negativas para los gobiernos del Río de la Plata. No tanto de la Patagonia: se ha dicho que en los datos geográficos del gran estuario y el acceso náutico a aquellas grandes aldeas que eran Buenos Aires y Montevideo, se ilustraron los invasores ingleses de 1806.

" La fertilidad de Musters. También el libro "Vida entre los patagones" de George Chawort Musters, editado en Londres en 1873, mereció nativas sospechas. La alusión a valles cordilleranos de la Patagonia (en parte, en el plano bosquejado por Munster que ilustra este recuadro) habrían inspirado a inversionistas ingleses que fundaron un emporio de estancias en esos vergeles a fines de la década siguiente (Leleque, El Maitén, Pilcañú, Fofocahuel y otras). ¿Cuál sería la lectura que escudriñe intenciones en las indagaciones geográficas del ingeniero norteamericano Bailey Willlis para el Ministerio de Obras Públicas? (El Norte de la Patagonia - 1911-1913). ¿O la de Albert Hale, miembro de la Unión Panamericana con sede en Washington, arribado a Bariloche el jueves 9 de enero de 1913, diez días después del incendio del vapor Cóndor y 11 meses antes de que llegara el ex presidente norteamericano Theodore Roosevelt? No es fácil precisarlo. (F.N.J.)