Jugar contra Japón nunca le resultó fácil a la Argentina. Aún está fresco el recuerdo del partido en el Luna Park por el Mundial 2002 que clasificaba al ganador a los cuartos de final y donde Argentina perdía en el tie break 4-7 y 9-11. Finalmente fue 3-2 y el seleccionado terminó sexto en ese certamen-.
Argentina sufrió mucho el buen saque de Japón al inicio del primer set y esto condicionó el ataque que se vio obligado a jugar pelotas altas facilitando la tarea defensiva rival.
El ingreso de Jerómimo Bidegain ayudó a partir del segundo parcial a resolver los problemas de recepción y mejoró el ataque. El bloqueo argentino empezó a funcionar e hizo la diferencia, mientras
Marcos Milinkovic seguía siendo el principal anotador.
A partir del tercero el partido fue muy parejo, Japón basaba su juego en defensa y contraataque y Argentina se hacía fuerte a través del bloqueo. Los cierres de ambos sets encontró al equipo Argentino en ventaja 24-22 en el tercero y 25-24 en el cuarto, con la posibilidad concreta de ganarlos con contragolpes que no pudieron transformarse en puntos. Argentina pagó muy caro el no saber cerrar los sets y depender en demasía de Milinkovic.
La diferencia entre ganar o perder la hacen 1 o 2 pelotas, Argentina tuvo 3 y no concretó ninguna.
Ahora queda Egipto, un equipo de menor nivel, pero que creció mucho en los últimos años. Todavía se puede clasificar.
ALEJANDRO GROSSI