La irrupción de la política en el conflictivo fútbol argentino quedó más que en evidencia ayer con la irrupción del economista y aspirante a la
presidencia Roberto Lavagna, quien criticó con dureza al gobierno y a Julio Grondona.
El ex ministro aseguró que la política "está financiando" a los barras bravas y expresó su "sensación" de que Grondona "compró su continuidad" al frente de la AFA tras reunirse con Alberto Fernández en la Casa Rosada.
También consideró "absurda" la prohibición de público visitante a los estadios.
El gobernador de Buenos Aires, Felipe Solá, reclamó que " la AFA tome decisiones bien fundamentadas y en lo posible decisiones unánimes, sobre cómo será el campeonato que viene", disparó por elevación hacia Grondona.