SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Los concejales comenzarán a debatir esta semana el proyecto de ordenanza que propone una reducción horaria en los casinos de esta ciudad, mientras se multiplica el rechazo entre los trabajadores de esos establecimientos.
La iniciativa del concejal Andrés Martínez Infante (Encuentro) tomará "estado parlamentario" en la sesión del próximo jueves y será derivada para su debate en comisión.
A pesar de la abierta oposición de los empleados y de la propia empresa, el edil también aseguró haber recibido numerosas expresiones de apoyo de personas que reclaman "una regulación del Estado" para la actividad, a fin de acotar los casos de adicción al juego.
Martínez Infante dijo comprender la situación de los empleados que ven amenazados sus puestos de trabajo, pero advirtió que el municipio no debe desentenderse del problema.
Explicó que la potestad de regular el horario de un casino es asimilable a la legislación que establece limitaciones parecidas para las discotecas, la que prohíbe el suministro de alcohol a menores o la que restringe la venta de pegamento.
El proyecto de Martínez Infante propone que los dos casinos de la firma Worest que funcionan en jurisdicción municipal abran sus puertas de 21 a 5. Actualmente habilitan el ingreso a las 10 de la mañana y permanecen abiertos hasta la madrugada siguiente.
Ayer el edil recibió a un grupo de trabajadores que expresaron su preocupación porque la limitación horaria derivaría "en el despido automático de 258 personas".
Dijeron además que una medida así alteraría las condiciones originales del contrato de concesión y la empresa Worest podría incluso negar el pago de indemnizaciones.
Ante una consulta de este diario, reconocieron que no habían recibido advertencia alguna de la firma empleadora. "Es algo que uno se imagina, no hace falta que lo digan", señaló uno de los empleados.
También refirió que la ludopatía "es un problema social serio que no se va a resolver así" y aseguró que la empresa no se desentendió de la cuestión "porque ofrece un teléfono 0-800 y un servicio psicológico" a los afectados por la adicción.
Uno de los trabajadores, Ricardo Bravo, dijo que la ludopatía "es un problema que afecta a todos los sectores sociales, no sólo a los de menores recursos".
Aseguró que la entrevista con Martínez Infante fue "para explicarle que la ordenanza tal vez ayude a resolver un problema, pero crearía otro, porque provocaría desocupación".
En irónica referencia a otro debate en curso, uno de los empleados sugirió que para solucionar la cuestión el municipio podría ofrecerles la incorporación a su planta de personal.
Martínez Infante sólo les dijo que su postura "será tenida en cuenta", pero insistió en abrir un debate amplio, en el que sean escuchados también la empresa, el gobierno provincial como responsable de la concesión y el resto de la comunidad.
"Nos está llamando gente que no conocemos para apoyar esta idea de limitar el horario", aseguró el concejal, quien también habló sobre la posibilidad de realizar una consulta abierta al estilo de la que realizó Villa La Angostura para tratar este tema que se avecina como muy polémico.
Según Martínez Infante, la instalación de casinos en condiciones tan laxas "es una herencia del neoliberalismo absoluto" que signó las privatizaciones de la década pasada.
Señaló que otra cuestión a debatir es el dinero que Worest tributa al municipio, "porque hoy paga una tasa de apenas 3.500 pesos mensuales".
Por otra parte, consideró que "la distorsión es evidente desde que el casino tiene hoy 500 trabajadores y pasó a ser el empleador privado más importante de la ciudad. Sin regulación alguna, nada impide que siga abriendo nuevas bocas y que en tres años tenga 1.000 empleados o todavía más".