Correr este tipo de riesgos, lamentablemente resulta inevitable. Pero claro, el negocio está primero. ¿Y el prestigio, la integridad como equipo? Esos son temas que el poder los tiene archivado en el subsuelo.
La selección está 'alquilada' hasta el 2011. Los cuestionados capitales rusos, que se han enquistado en el fútbol mundial, han posado sus garras en la vida albiceleste. Los dirigentes que supimos conseguir, vendieron el alma (y la dignidad) de nuestro fútbol al diablo, que obviamente actúa como tal. Por ejemplo: 13 de los convocados a los amistosos tiene que ser mundialistas. ¿Y la planificación? ¿El trabajo a largo plazo? No importa, solo importa el dinero, reza en las paredes de Viamonte 1336.
"Cuando firmé el contrato me dijeron que estos partidos ya estaban programados...que había que jugarlos...", dijo ayer, un resignado Alfio Basile. La AFA recibe 750.000 dólares por cada encuentro y hay que cumplir. Sea como sea.
Aunque luego, después de cada mundial, veamos a los dueños del circo rasgarse las vestiduras cada vez más manchadas de corrupción y negociado.
WALTER RODRIGUEZ