ROCA (AR).- "Mi hija no va a ver nunca más esto" se juró Marta cuando decidió ponerle freno a la violencia y el maltrato que su marido ejercía contra ella.

Varios años más tarde y con toda una lucha a cuestas le desespera tener que volver a golpear las puertas de la justicia en otro intento por proteger a su hija de lo que cree es un permanente hostigamiento y acoso físico, además de violencia psicológica por parte de su padre.

Lo que terminó con un "divorcio con violencia", según sus palabras, le enseñaron que "la justicia primero protege al victimario y tiende a tratar como 'la problemática' a la mujer" al punto de culpabilizarla de la situación de maltrato que atraviesa.

Según Marta, la abogada que la asesoró entonces le recomendó que consensuara "un amplio régimen de visita" para el padre con el objetivo de evitar que se molestara e iniciara una escalada de violencia. Sin embargo, para Marta eso se ha vuelto en contra porque el padre ahora tiene toda la libertad para acercarse a la joven y lo hace en horarios impropios.

Luego de un tiempo que Marta no pude calcular, su hija de 13 años le contó finalmente la vergüenza que siente cuando su padre la va a buscar a la escuela, la hace sacar de clases para verla, va a los lugares donde hace danza, " la abraza de manera que no corresponde" y además, manifestó la madre, la nena le confesó que "no le gusta como la besa porque la deja toda baboseada".

Con esa carga, Marta se acercó al lugar donde siempre encontró respuestas, el grupo de mujeres víctimas de violencia "Por tu familia", y junto a la coordinadora, Laura Padilla, fueron a buscar respuestas para que la justicia ponga fin a la situación que atraviesa la niña, "antes de que sea demasiado tarde".

Según Padilla, el juez de Familia, Víctor Camperi le explicó que para esto debían contar con abogado a lo que ellas le respondieron que no encuentran uno especializado en la temática.

Como fue la propia nena la que "avisó" de la situación y, según su madre, insiste en querer contarlo fueron a entrevistarse con una fiscal Penal y su secretaria, quienes sólo aceptaron hablar con la mamá. Luego de la entrevista, le dijeron que esa situación de hostigamiento no constituye delito penal y se negaron a que la nena hablara del tema con ellas con el argumento de protegerla.

Por último, las dos mujeres fueron a ver a la asesora de menores, Mónica Caspani, quien les indicó que hicieran una "demanda de régimen de visita" aunque les advirtió que eso llevaba tiempo y tenía pocas posibilidades de resolución favorable.

Para Marta, las respuestas de quienes imparten de uno y otro modo Justicia son incomprensibles para ella. "La nena no lo quiere ver más pero si yo se lo niego la asesora me dice que me puede denunciar a mí", manifestó la madre, indignada.