Al cumplirse diez días de la desaparición de Jorge Julio López, militantes de organismos de derechos humanos y agrupaciones sociales reclamaron ayer en Plaza de Mayo la urgente aparición con vida del sobreviviente de la dictadura y testigo en el juicio al represor Miguel Etchecolatz y denunciaron su "secuestro" por parte del "aparato represivo" que consideran aún vigente en el Estado.
Paralelamente, el tribunal que condenó a Etchecolatz a reclusión perpetua recibió amenazas mediante una carta.
Por su parte, el presidente Néstor Kirchner volvió a hablar en público del tema, afirmando que su gobierno irá "a fondo" para esclarecerlo. Además hizo votos para que sobre el particular "Dios quiera que todo sea distinto a como uno lo imagina, pero en estas horas uno imagina cosas, se angustia".
En ese marco, los manifestantes de la plaza exigieron que se expulse del Estado a los represores que eventualmente sigan cumpliendo funciones en las fuerzas de seguridad y en la SIDE.
"Estos hechos permitidos y apañados desde el poder del Estado facilitan los resabios de la dictadura y toman fuerza para iniciar acciones como la que hoy vivimos con el secuestro de Jorge Julio López", denunció allí Nilda Eloy, que con López fue querellante y testigo clave en el juicio a Etchecolatz.
Durante todo el día de ayer agentes de la Policía Científica y de Caballería de la Bonaerense recorrieron quintas, senderos y casas que rodean la casa de López, en la zona aledaña a La Plata, y se rastrilló los alrededores de Magdalena, hacia donde los perros orientaron la búsqueda en los últimos días tras olfatear prendas del testigo.
Sin noticias de su paradero desde la semana pasada -cuando desapareció de su propia casa, y pese a los 200 mil pesos ofrecidos por cualquier dato para ubicarlo-, agrupaciones de derechos humanos, sindicales, de izquierda y de víctimas de la dictadura se concentraron frente al Congreso y fueron a Plaza de Mayo para reclamar al Gobierno y advertir que la marcha es la primera de una serie de medidas hasta que aparezca López.
Minutos después del fin de la marcha, Kirchner ratificó que su Gobierno irá "a fondo" para encontrar a López y advirtió a "aquellos que quieren amedrentar, que no tenemos derecho a tener miedo por lo que ha pasado en Argentina" y que "ni por asomo" se permitirá que se "vuelva a repetir" aquel horror.
Advirtió además que "el pasado no está ni derrotado ni vencido".
"Venimos a exigir la inmediata aparición con vida de Julio López y la condena a todos los genocidas", gritaron frente a la Casa de Gobierno los manifestantes de la masiva marcha. Allí no hubo familiares de López, porque se inclinan a pensar que pudo haber sufrido un "shock emocional" por la expectativa abierta por el final del juicio.
El mensaje de la marcha -consensuado por los participantes- fue leído por Eloy, la sobreviviente de los centros clandestinos de detención que, con López, se presentaron como querellantes en el juicio al ex Director de Investigaciones de la Bonaerense. Allí se ventilaron el secuestro y las torturas que ambos sufrieron y los homicidios de otras seis personas.
Eloy denunció que "el aparato represivo sigue impune" y dijo que prueba de ello fue haber escuchado en una reunión -según relató- del ministro de Seguridad bonaerense, León Arslanian, que policías que actuaron en dictadura seguían en la fuerza e iban a ser pasados a disponibilidad, medida concretada ayer.
"Esa aberración genera más impunidad ¿Hacía falta la desaparición de Jorge y nuestro reclamo para que los echaran? ¿Cuántos más siguen en el Ejército, la Armada, la Aeronáutica, la Gendarmería, la Prefectura, el Servicio Penitenciario y en la SIDE? ¿Cuantos más", repitió.
Eloy reclamó "la inmediata baja de todos los que cumplieron funciones" en la dictadura y exigió "justicia y castigo para todos los genocidas, cómplices y beneficiarios civiles". Y dijo entre lágrimas: "Hoy como ayer, con el mismo dolor, la misma bronca y la misma fuerza, gritamos: 'ahora, resulta indispensable, aparición con vida y castigo a los culpables". (DyN/Télam)