La última vez que Julio Lacarra anduvo por la región, en 2004, cantó en el teatro Municipal de Chos Malal y, de pasada, en el de la ciudad de Neuquén. Recuerda el cantautor mientras asegura que le gustaría estar más seguido, "a veces, no se dan las condiciones".
En la presente visita, se presentará mañana a las 23 en La Curtiembre y el sábado después de la medianoche en el Hall de Casa de la Cultura de Roca, adelantando material de su nuevo CD "De buena fe" que aparecerá el 20 octubre. "Un título que se ajusta mucho al trabajo hecho con los músicos, muy alegre, distendido, gozando cada tema sin apuro; lo estuvimos buscando bastante porque hay muchas canciones símbolo. Empezamos en enero a grabar y lo terminamos en setiembre, hace pocos días. Hay un enriquecimiento musical muy importante. En principio iba a ser un disco chiquito, acústico, para que saliera rápido, pero las canciones comenzaron a requerir y los invitados convocados, agrandaron el elenco", señaló el músico en una entrevista con "Río Negro".
"Hicimos dos temas con Daniel y Obi Homer, Facundo Guevara y Nicolás Carrión, más Marcela Montreal en voz; 'En una nube blanca' del catalán Lluis Llach, y una vidala mía del 94, 'Soledad de Catamarca', que recién ahora grabo. Después, con arreglos de Mariano Delgado, 'Para los que se quedan' que compuse en 2001, a modo de síntesis de la debacle económica y social de ese año y el anterior, en nuestro país. Marianito también arregló 'Borgiando' que compusimos hace diez años con Alicia Crest, un flash sobre las obsesiones del escritor. Arregló además 'Hombre tierra' que hicimos con el platense Mingo Vivot que creció con el bajo de Pablo Giménez y la percusión de Facundito Guevara. Hay una nueva versión de 'Olor a pasto verde' con solo la guitarra de Mariano, trabajada con cuerdas de acero. Con Tato Finocchi hicimos 'Qué buena fe' de Eladia Blázquez, en ritmo de candombe... Había hablado con ella, un año antes de su muerte, pidiéndole permiso para adaptar ese tango y me dijo que no tenía problema porque 'Corazón al sur' lo habían grabado en España en tiempo de bulerías...".
"Jorge Guiliano está en dos temas, 'Ramito de No me Olvides' un aire de huayno que hice refiriéndome a los regalitos sencillos que, cuando niños, llevábamos a la maestra o a nuestra madre. Evoca esa ingenuidad y ese amor mientras íbamos a encontrarnos con la sorpresa para darle el ramito de flores y un dibujito que en la semana habíamos hecho en la escuela. Es una canción muy tierna, evocando a la cantora que fue (Chola) mi vieja. Grabamos también 'No sé' un tema de amor planteando que uno no sabe cuando está enamorado. 'Yo no sé de la lluvia ni cómo se hace, pero como la lluvia quiero mojarte / Yo no sé de la muerte ni cómo se hace para despedirse y abandonarte / Yo no sé del viento ni cómo se hace...'. Se quiere ser todo eso, sabiendo sólo cuán ansiosamente espera el sacudón que permite descubrir el enamorarse".
Recorriendo los temas del disco, Lacarra cuenta que "hice una versión de la que estoy orgulloso, de 'Milonga del si volviera', pero esta vez con trío de piano, contrabajo y guitarra, con un aire y una cadencia que me hicieron inolvidable haberla cantado. Es una de la mejores versiones que he hecho de mis canciones, en los últimos años. Una milonga bien urbana, bien pesada, con una formación que me hizo disfrutar mucho la letra, interpretarla; ganó en contenido, en expresión".
"Después registramos un son sobre un poema clásico de Nicolás Guillén, "Guitarra" (del libro 'El son entero'), con música de (Alfredo) Zitarrosa. Lo grabé con Sanampay, pero esta vez convoqué a músicos cubanos que viven en Buenos Aires, Rafael de la Torre, Naimí García, para un son típico con dos guitarras, percusión que se puede tocar en casa y los coros de ellos. Un temazo. Y con Finocchi, una canción nacida en enero del 2005 sobre un poema que me dio Jorge Sosa, autor del clásico cuyano 'Otoño en Mendoza'; se llamaba originalmente 'País' y como canción quedó 'Pero te quiero', donde está la profundidad de Jorge para decir todas las cosas que duelen de nuestra Argentina, y el entrañable amor que le tenemos, por el cual permanecemos y deseamos cambiar tantas cosas".
- ¿En lo personal, qué fue lo más importante de este disco?
- Estar cantando expresivamente como si actuara en vivo; no me condicionó el estudio ni los arreglos, me sentí como pez en el agua. Encaré la grabación como si estuviese ante el público, con toda la impronta que le pongo en el escenario; con esa emoción que me hace frasear, jugar con el propio sentimiento para que la canción pueda conmover a quien la escucha. También, los arreglos, el aporte de cada uno de los músicos que intervinieron e hicieron que el disco esté muy caliente. Este trabajo me completa.
- ¿Llega como fruto de la madurez, del trabajo?
- De ambas cosas. De ambas, porque se encaró con mucha flexibilidad, charlando largo y tendido sobre el repertorio. Hay balance rítmico y de pensamiento, interesantes. Hay espacio para todo.
EDUARDO ROUILLET