Los fiscales del caso AMIA rechazaron las amenazas recibidas, vía internet, que los instaban a dejar de impulsar la pesquisa hacia Irán o Hizbollah como responsables del atentado a la mutual judía, y ratificaron que continuarán avanzando en la investigación y que no reciben presiones ni del gobierno ni del poder político.
Los correos electrónicos intimidatorios, que fustigaban a los fiscales Alberto Nisman y Marcelo Martínez Burgos y contenían expresiones antisemitas, estaban firmados por un autodenominado Grupo de autodefensa del MPR Quebracho y otras supuestas agrupaciones proárabes. (DyN)