ROCA (AR).- Como uno de los "tres objetivos de máxima" de la comuna en cuanto a capacitación laboral, el intendente Carlos Soria quiere ahora "municipalizar" la Escuela Agropecuaria que funciona en las instalaciones de la ex Emeta.
El anuncio fue hecho ayer durante la inauguración de la ampliación y remodelación del edificio del IMBA (ver página 25). Según manifestó el jefe comunal, la idea es iniciar las negociaciones con la provincia y con el gremio Unter para "hacernos cargo de la escuela agropecuaria" ya que "a pesar del esfuerzo de los padres, de los chacareros y de los alumnos no está funcionando como debería".
Para Soria, todo depende de la "buena voluntad" tanto del gobernador Miguel Saiz como del gremio docente para mejorar el funcionamiento de la escuela, entre otras cosas, logrando que "los padres de los alumnos tengan los profesores que ellos quieren para sus hijos", manifestó.
En cuanto al sostenimiento del proyecto, Soria indicó que "la provincia tendría que transferir recursos como lo hace al IUPA o al INSA que son escuelas de gestión privada".
La iniciativa del jefe comunal está en consonancia con el proyecto que padres, empresarios y vecinos vienen impulsando desde hace varios años atrás cuando comenzaron a gestar la idea de concretar una escuela secundaria con orientación agrotécnica.
La idea inicial de la Asociación Civil Educativa Escuela Agropecuaria General Roca era crear una escuela pública de autogestión, es decir que el Estado sea responsable de los salarios docentes y la entidad civil de la administración y dirección.
Posteriormente, la escuela fue absorbida por la provincia pasando, a convertirse en el CEM 117.
Además de este desvío del proyecto original, padres, alumnos y las organizaciones civiles que motorizaron el proyecto debieron sufrir muchas marchas y contramarchas.
Obtener el predio de la ex Emeta significó largas esperas que derivaron en que el primer año lectivo se comenzara a dictar parcialmente en las instalaciones del Colegio San Miguel, lugar en el cual las clases prácticas no podían llevarse adelante.
Una vez conseguido el predio ubicado en Paso Córdoba, la lucha estuvo dada para lograr que el Consejo Provincial de Educación realice las designaciones de profesores y auxiliares que hacían falta.
La demanda por insumos, más espacio para funcionar, capacitación para el personal, agua para regar las hectáreas que debían ponerse en producción y hasta teléfono fueron una constante en la historia de este emprendimiento.