NEUQUEN (AN) - Hace meses que los miles de automovilistas que van a la mañana temprano a trabajar o estudiar desde Cipolletti a Neuquén tuvieron que ajustar sus tiempos a la realidad de que al llegar a las cabinas de peaje la espera se hace cada vez más larga.

Caminos del Valle aduce que ello se debe a que la gente sigue pagando con monedas en vez de optar por los sistemas electrónicos, que son más rápidos. Las demoras que ahora hay en el cruce no son comparables con las que había antes de la construcción del puente nuevo, aunque en aquella época no había que pagar peaje.

Hasta 1997, cuando se habilitó el nuevo cruce, ir de Cipolletti a Neuquén a la mañana o hacer el recorrido inverso al mediodía podía demandar más de 45 minutos porque el embotellamiento era enorme. En los últimos tiempos la de mora le pone los pelos de punta a más de un conductor.

Aunque la empresa muestre atenuantes, es una realidad que la infraestructura quedó chica y que seguirá así porque no se ven posibilidades físicas de agregar nuevas cabinas.

Jorge Fernández, gerente de Caminos del Valle, hace otra lectura del fenómeno: dice que si los automovilistas optaran por el telepeaje el cuello de botella desaparecería.

Este dispositivo tiene un costo adicional (15 pesos por única vez), pero también la ventaja de que el peaje cuesta un 10% menos.

Eso sí: para sumarse al telepeaje hay que tomarse unos minutos para hacer el trámite en las oficinas de la empresa ubicadas en la misma ruta 22.