ROSARIO (Enviado especial) . - Un solo convencional por la provincia Río Negro, Adalberto Caldelari, estuvo registrado en la Convención Nacional de la UCR en Rosario, mientras el jefe de la bancada de diputados nacionales del radicalismo, Fernando Chironi, no alcanzó a regresar desde Alemania. Ningún asistente provino del territorio neuquino.
Ello contrastó con la representación de otras jurisdicciones con gobernadores radicales K, como Mendoza, que contó con las presencias nada menos que del propio titular del partido, Roberto Iglesias, y del presidente de la bancada radical en el senado nacional, Ernesto Sánz.
También tuvieron delegados de peso Santiago del Estero y una ciudad como Mar del Plata -cuyo intendente Daniel Katz también está cerca del gobierno.
Ello demostró el escaso grado de autonomía que los radicales con relevancia partidaria tienen respecto al gobernador rionegrino, Miguel Saiz y del intendente de la ciudad de Neuquén, Horacio Quiroga (algo parecido ocurre en distritos bonaerenses como San Isidro).
Al respecto, el rionegrino Calderari sostuvo que "la convocatoria era importante, lamento mucho que las personas identificadas con los que se llama el radicales G ó K no asistieran, porque el debate fue amplio. Yo tuve conversaciones con otros convencionales y hasta último momento querían asistir'. Sin embargo, negó presiones. "Yo tuve libertad absoluta. En el partido saben que yo asistí". Agregó que "a mi regreso tomaré contacto con el partido, el resto de los convencionales y el gobernador".
Una numerosa concurrencia fue la semejanza entre la Convención partidaria de Rosario y el acto que hicieron los gobernadores e intendentes 'radicales K' hace dos semanas en Vicente López. La cumbre santafesina de ayer y anteayer, reunió menos gente que las 2.500 personas del evento bonaerense, pero contuvo un nutrido apoyo de los diferentes niveles de la conducción. Es decir, fue más orgánico.
A tal punto que -además de 227 convencionales y numerosos dirigentes partidarios- estuvieron presentes las máximas autoridades de la Juventud radical (Emiliano Fara) y Franja Morada (Pablo Alarcón), que expresan dos bastiones en el escalafón de los dirigentes del partido centenario. Un dato más en el juego de analogías y diferencias fue que el evento de Vicente López dispuso de la logística desplegada por cada uno de los cinco 'gobernadores K', que movilizaron abundante cantidad de micros, mientras en la ciudad del Monumento a la Bandera se contaron unas 600 personas sentadas en las butacas, pero un número similar recorriendo los pasillos y las adyacencias de Luz y Fuerza.
