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Lunes 17 de Julio de 2006
 
Edicion impresa pag. 2 y 3 > Nacionales
El plan de losradicales "K" para dar batalla en varios frentes
En "concertación" con Kirchner, dicen que hay que esperar al 2007 por las candidaturas. Sus objetivos compartidos con 'K': frenar a Lavagna y conservar el poder territorial.
El gobernador Saiz y el intendente neuquino "Pechi" Quiroga, dos radicales que tallan fuerte en la "concertación" con Kirchner.
El gobernador Saiz y el intendente neuquino "Pechi" Quiroga, dos radicales que tallan fuerte en la "concertación" con Kirchner.
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Con un ojo miran de cerca y desafiantes a la conducción partidaria; con otro más distante -aunque cada vez más perspicaz-, fortalecen un polo de poder oteando el 2007.

Son los llamados gobernadores e intendentes 'K', aunque se autodenominan radicales "G", radicales que gobiernan, según la definición del ministro de gobierno rionegrino, Iván Lazzeri.

Cada vez con más intensidad -pregona una fuente del sector- se van dando pasos concretos en el armado de una agenda y un proyecto común.

Un personaje central en esta construcción política es el intendente de San Isidro, Gustavo Posse; mientras en la región son actores centrales el gobernador rionegrino Miguel Saiz y quien aspira a ocupar el mismo cargo en Neuquén, el intendente Horacio "Pechi" Quiroga.

La semana pasada, con la excusa de un seminario de su Instituto de Gestión Pública, Posse fue anfitrión del vicepresidente Daniel Scioli, de Saiz y del gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora; al mismo tiempo que el intendente de Vicente López, el "japonés" Enrique García visitaba a Néstor Kirchner; por la noche, el mismo martes, le tocó el turno a Posse de estar en la Casa Rosada junto al presidente, donde coincidieron con Quiroga.

Encuentros públicos, reuniones privadas, hubo mensajes de sobra. Posse congregó al arco de radicales cercanos a 'K' bajo la prédica de avanzar en un frente que desde el denominador común de la gestión pueda posicionarse ante una dirigencia a la que califica de devaluada producto de la baja participación interna y magros resultados electorales. "Para nosotros gobernar no es una pausa incómoda entre dos elecciones", se ufana Posse.

De cara a sus circunstanciales socios, el intendente de San Isidro (hijo del fallecido dirigente Melchor Posse) recuerda su experiencia cuando en 1999 durante el apogeo de la Alianza, triunfó en su distrito en convergencia con una Unión Vecinalista y parte del justicialismo.

Fustigados por el titular del Comité Nacional de la UCR, Roberto Iglesias, el espacio de radicales cercanos al gobierno nacional congrega a cinco de sus seis gobernadores: Saiz, Zamora, el mendocino Julio Cobos, Arturo Colombi de Corrientes y Eduardo Brizuela del Moral por Catamarca, quedando aislado el chaqueño Roy Nikisch (sucesor y delfín de Angel Rozas).

Además dicen contar con más de la mitad de los 42 jefes comunales bonaerenses, algunos de distritos de mucho peso como los mencionados Posse y García (los dos únicos radicales del conurbano), el de Olavarría, Helios Eseverri, o el de Mar del Plata, Daniel Katz, por mencionar los más importantes.

La estrategia inmediata de los mismos es seguir avanzando en acuerdos con el gobierno nacional que van desde lo pragmático (obtener fondos para sus provincias) a lo electoral (contar sino con la bendición, con el abstencionismo de Kirchner evitando se pronuncie en favor de sus competidores, siendo paradigmático en este sentido el caso de Saiz que de no ser el candidato 'K' espera que al menos tampoco lo sea Miguel Pichetto).

El próximo miércoles será el propio presidente Kirchner quien viaje a San Isidro para compartir un acto con Posse en un nuevo episodio de la "concertación plural".

Pero además de la estrategia, la táctica que tienen en mente los radicales 'K' es de más corto plazo. En concreto apuntan a la cumbre de la UCR que se realizará en Rosario el 25 de agosto a la que llevarán el reclamo de "libertad de acción" para hacer alianzas y rechazar un vínculo forzoso que los ate a una figura nacional.

Un objetivo que difícilmente consigan, pero que amenaza con poner al partido centenario al borde del cisma.

El mensaje será que "la responsabilidad de administrar impone postergar para el 2007 la cuestión de las candidaturas".

Consultado por este medio, así resumió el mandatario santiagueño, la postura común: "En el cuarto oscuro no se ponen dos urnas: una para gobernar y la otra para ser oposición: se vota para que alguien gobierne y si hay partidos que no tenemos capacidad para difundir la propuesta o no somos creíbles en determinados momentos de la República no hay que salir a denostar y a denunciar al gobierno sino a generar una alternativa".

Pero para la conducción radical se trata de una "trampa", o especulación política con el objetivo oculto de que los tiempos se vengan encima y entonces los gobernadores puedan a nivel nacional esquivar el 2007.

Los radicales identificados con K también hacen eje en reivindicar muchos de los logros del actual gobierno para no "empezar de nuevo", pero esquivan una identificación completa con el kirchnerismo.

Allí radica una de las claves: "Nosotros queremos preservar la impronta radical porque seguimos respondiendo a esa identidad", advierte Posse.

En esa jugada coinciden de modo maquiavélico con el gobierno. Desde la Casa Rosada azuzan a los mandatarios en cuestión a que conserven su sello radical con la meta de minar la candidatura presidencial de Lavagna.

A su vez, los radicales obtendrían el apoyo necesario para acrecentar sus chances de retener el poder territorial.

 

CLAUDIO RABINOVITCH

 
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