| Lunes 17 de Julio de 2006 | | | Edicion impresa pag. 68 > Deportes | OPINION: Hasta cuándo... | | por RAUL BERNAL | | | La pregunta es una sola. ¿Cuán-tas muertes más serán necesarias para tomar la decisión? No hay nada importante que justifique la presencia de los acompañantes en el TC o categorías similares, salvo el aporte económico del que se siente en la butaca derecha o la intención de un piloto para quedar bien con un auspiciantes. La tragedia de Rafaela no hace más que demostrar que la presencia de los acompañantes no tiene nin-gún sentido, salvo para incrementar el riesgo de un deporte como el automovilismo, que de por sí es muy peligroso. Y más aún en un autódromo con características tan especiales como el de Rafaela, donde se alcanzan velocidades que asustan. No por nada, los pilotos de cualquier categoría ya no ocultan su temor por acelerar en un circuito que mete miedo por sus paredones y por lo rápido que se transita. La seguridad en los autos evolucionó mucho, pero no hay peor golpe que el lateral. Se trabajó en medidas de protección, pero nada parece resistir a un impacto a cerca de 200 kilómetros por hora contra un vehículo parado de casi 1.500 kilos. Cuando la televisión mostró la imagen del accidente de ayer en Rafaela, en la prueba del TC Pista, enseguida se temió lo peor. Enseguida se reflotó la polémica. ¿Para qué sirve el acompañante en el TC o categorías similares, nacionales y regionales? Para nada, sólo para incrementar el riesgo. Un golpe lateral como el de ayer, con sólo el piloto adentro del habitáculo y ubicado en el medio, no habría tenido consecuencias tan graves, si bien cualquier impacto a casi 200 kilómetros por hora es complicado. Si bien hay pilotos para los que el acompañante es un sostén económico o para mantener conforme a un auspiciantes, quedó claro que no tiene sentido seguir insistiendo con algo que se tenía que haber dado de baja hace muchos años. Algunos pocos, como el acompañante de Emanuel Moriatis, hace dos años, la pudieron contar. Otros, la mayoría, como sucedió con Gabriel Miller, lo pagaron con la vida. No hay que insistir más. Así como los pilotos se autoconvocaron y se animaron a enfrentar a la ACTC, llegó el momento de tomar una decisión que se viene dilatando desde hace años. Hay que suprimir los acompañantes en el TC, también en categorías similares. En el rally, el piloto y navegante tienen la misma importancia, pero en cualquier categoría de pista es sólo parte de un capricho. El TC, que soportó el cambio de la ruta a los autódromos y también la muerte de varios ídolos, subsistirá a la abolición de los acompañantes, porque le sobran atributos para garantizar los espectáculos. | | | | | | | | | | | sus comentarios | | | | | | | | | | |