TONCEK ARKO

Surfear o esquiar fuera de pista, en plena nevada, implica un cierto riesgo y las personas que disfrutan de tal actividad deberían tener la precaución de minimizarlo. De lo contrario pueden ocurrir desgracias como la presente.

En la práctica es imposible evitar que los amantes del snowboard y el esquí extremo disfruten de la montaña y se lancen ladera abajo por las pistas más difíciles, algunas inclusive peligrosas, que podrán estar cerradas al público e inclusive encontrarse fuera del dominio esquiable de un centro invernal.

Pretender prohibir determinados descensos fuera de pista sería ridículo e imposible de fiscalizar.

Nunca conocí una persona que deje de esquiar en un centro de esquí si se produjo una avalancha, de la misma manera que ninguno abandona la actividad por más que cada invierno decenas de esquiadores se quiebran las piernas y centenares reciban golpes durante sus caídas por la montaña. Forma parte del deporte.

No obstante, sería muy importante promover que los jóvenes que practican actividades de aventura tengan los conocimientos y el equipo adecuado, lo cual ayudaría a minimizar el riesgo, que nunca será nulo.

"Si Ignacio Luque y sus amigos hubieran tenido ARVAS (equipos especiales que permiten encontrar en forma rápida a una persona sepultada en la nieve), seguramente podrían haber evitado la muerte", aseguró Claudio Ricci, instructor de esquí y guía de montaña, quien participó en las tareas de rescate. Luque tampoco tenía casco, pero seguramente tenía un muy buen equipo pues oficiaba como instructor de snowboard.

Es hora de que los esquiadores y snowboardistas asuman que en la mayoría de las laderas nevadas hay peligro de avalancha y que este aumenta cuando nieva. Asimismo, deberían tomar conciencia e invertir en capacitación y en seguridad de la misma manera que lo hacen con el equipo deportivo y la indumentaria de moda. Así podrán disfrutar de la nieve y minimizarán los riesgos.