SAN MARTIN DE LOS ANDES (ASM).- "Si una persona sepultada por una avalancha de nieve, queda aprisionada pero con una cámara de aire formada naturalmente junto a su rostro o boca, las posibilidades de sobrevida se incrementan. Así lo encontramos e hicimos los procedimientos que se indican en esas circunstancias para intentar la reanimación". La cita pertenece a Marcelo Parada, el médico especialista en medicina de altura que socorrió al surfer Ignacio Luque, luego de que los rescatistas lo hallaran sepultado bajo dos metros de nieve sobre la pista Norte de Chapelco tras la avalancha del miércoles pasado. Luque era un ciudadano español de más de 30 años, muy conocido en San Martín bajo el apodo de "Nacho", que a su vez era un avezado instructor de snowboard. Había acudido a la pista "Norte" junto a Nicolás Nataluchi y Facundo Huarriz, que resultaron ilesos.

"La tarea de los rescatistas fue excelente y el operativo montado en el cerro fue impecable", dijo Parada, que integra una asociación dedicada al estudio de la medicina de montaña, y el pasado año fue organizador de unas jornadas de la especialidad que se realizaron en San Martín. El profesional explicó que una de las más elementales comprobaciones al hallar a una persona sepultada por nieve, es verificar si en torno de su rostro o boca se ha formado naturalmente una cámara de aire. "Si existe, las chances aumentan pero a la vez disminuyen con el paso del tiempo, de modo que es vital la rapidez en dar con la víctima. Sin embargo -continuó-, esta persona se hallaba en un sitio no habilitado ni controlado por patrulleros por esa misma razón. Cuando uno se aventura a lo que se llama un fuera de pista, existen previsiones mínimas, como llevar consigo un aparato localizador (cuesta a razón de 250 euros), diseñado precisamente para ubicar a una víctima de avalancha. No fue este el caso", dijo Parada.

Según los registros estadísticos en la accidentología de montaña, una persona tiene un 66 por ciento de probabilidad de vida si -formada la cámara de aire- es hallada durante los primeros 20 minutos siguientes a la avalancha, y siempre que no haya habido otro tipo de traumatismos. Pero esa chance disminuye sólo a un 30 por ciento pasadas las dos horas del accidente. Luque fue hallado transcurridas cuatro horas del desprendimiento de nieve, precisamente porque no había forma de localizarlo más que con el uso de sondas (bastones largos de metal) manipuladas por los rescatistas. Parada dijo que en esas circunstancias es muy difícil dar con los signos vitales de una persona, que es presa ya de una severísima hipotermia si es que aún sigue con vida. Pero, sin embargo, se logró constatar la presencia muy débil de esos signos y se realizaron de inmediato las tareas de reanimación. Con todo,

Luque dejó de existir pasadas casi dos horas del rescate, cuando ya estaba en el hospital Carrillo.

Una pista sólo para personas con conocimientos

La "Norte" es una pista "roja" o difícil en la calificación de Chapelco, sólo recomendada para personas con conocimientos adecuados en las técnicas del esquí y el snowboard. En la tarde del miércoles, el tramo se hallaba cargado con nieve fresca. Habían precipitado 30 centímetros en el segmento medio del cerro, y 20 en la cumbre, a 1.980 metros sobre el nivel del mar. El episodio se desató cerca de las 17:30, cuando una avalancha de nieve fresca precipitó por una "cortada de cornisa". Huarriz, Nataluchi y Luque se hallaban evolucionando ya sobre la pista, cuando fueron sorprendidos por el fenómeno. Los dos primeros lograron salir ilesos recurriendo a la técnica de braceo, pero Luque, que se hallaba a decenas de metros de sus acompañantes, fue alcanzado por el grueso del desprendimiento y quedo aprisionado bajo la nieve. Fue declarado muerto pasadas las 22:30, a pesar de los desesperados intentos por mantenerle con vida.