Israel vive una verdadera pesadilla con ataques tanto al norte como al sur de sus fronteras. Pero ahora, el estado judío parece aprovechar la crisis para plantearse un objetivo estratégico más amplio: neutralizar a Hamas en Gaza y a Hizbollah en el Líbano.
Las represalias de Israel tras la captura de un soldado en Gaza y de dos en el Líbano incluyen los ataques aéreos más intensos en un cuarto de siglo contra blancos libaneses y dos semanas de bombardeos a la Franja de Gaza, que ya generaron más de 60 muertes. Los israelíes consideran que tienen frente a sí la oportunidad de poner fin a los incesantes bombardeos del sur de su territorio desde Gaza y de alejar a las guerrillas de Hizbollah de su frontera norte. Israel se retiró del sur del Líbano en el año 2000, luego de 18 años de ocupación.
Hizbollah llenó pronto el vacío de poder, aprovechando que Israel debió concentrarse en combatir un nuevo levantamiento palestino. En los últimos seis años, Israel trató de evitar tener que librar una guerra en dos frentes. Pero todo cambió cuando guerrilleros de Hizbollah ingresaron a territorio israelí, capturaron a dos soldados y mataron a otros ocho que trataron de rescatarlos.
Las crisis en Gaza y el Líbano acabaron con la principal iniciativa del primer ministro israelí Ehud Olmert, quien quería retirarse de la mayor parte de Cisjordania para garantizar una mayoría judía en Israel a largo plazo. Israel parece estar utilizando la actual crisis para asestar un golpe severo a Hamas, Hizbollah, Siria e Irán. Analistas israelíes especulan que Siria, que apoya a Hizbollah y da albergue al jefe político de Hamas Khaled Masjal, podría ser el próximo objetivo, aunque no en lo inmediato. (AP)