El brutal asesinato del adolescente Lucas es un crimen "mafioso", aseguró la jueza Mirta Guarino, quien afirmó que hay pruebas contundentes que apuntan como culpables a los tres hermanos detenidos, dos de ellos miembros de la Armada y el otro, vigilador privado.

Guarino, jueza de menores de Moreno, quien alcanzó a ver el cuerpo de Lucas cuando todavía se estaba quemando, anoche, en un descampado de Luján, dijo que en poder de los hermanos Carlos, Jorge y Ramón Romero se encontraron casi todos los elementos utilizados para consumar el atroz crimen. La magistrada confirmó hoy a la prensa que los asesinos le arrancaron las orejas, la nariz y la lengua al chico, y que "lo quemaron cuando aún estaba agonizante".

Guarino, quien hizo un conmovedor llamado a las autoridades del Estado para que protejan a los menores más carecientes de la ola de violencia que los aqueja, y en contra de los "poderosos" que claman mayores penas y justicia "por mano propia", dio detalles del caso en una extensa conferencia de prensa. Precisó que Lucas, quien supuestamente fue secuestrado y asesinado por los hermanos Romero porque lo acusaron de haberles robado un televisor, "no tenía antecedentes penales, ni se había hecho ninguna denuncia" sobre la sustracción de ese electrodoméstico. Dijo que ella misma llamó a la madre de la víctima y la convocó para ver si identificaba al menor. "Lo identificó por el buzo y por un tatuaje" que tenía en su cuerpo mutilado, señaló. Por lo que pudo observar, informó, Lucas "sufrió golpes con una barreta de hierro, fue mutilado, no sabemos si después de la muerte, pero suponemos que el tema de quemarlo fue cuando el chico estaba agónico, es una prueba que dio la autopsia. Le faltaba la lengua, le faltaban las orejas y le faltaba la nariz: esto tiene un signo, el signo mafioso, lo mismo que como le han cortado los dedos a un colectivero.