Brasil no hace “jogo bonito”, pero sí “jogo efectivo”. Con ese nuevo estilo, se impuso por 3-0 a Ghana y está ya en los cuartos de final del Mundial. Con un gol de Ronaldo en el minuto 5, otro de Adriano al borde del descanso y el último de Zé Roberto a los 39 de la segunda parte, Brasil firmó un triunfo pleno de eficacia.
Sin embargo, Brasil tiene dos graves problemas: su fragilidad como equipo, y el segundo es que Ronaldinho está simplemente desaparecido. El pentacampeón jugó un muy mal partido y sólo pudo ganarlo a partir de la ineficacia de Ghana.
Los ghaneses no se habían acomodado aún en el impresionante Westfalenstadion y fueron meros espectadores de un momento histórico. Kaká pasó en profundidad, Ronaldo rompió el fuera de juego, gambeteó al arquero Kingson y marcó con el arco vacío su decimoquinto gol en un Mundial. Era el tanto con el que superaba al alemán Gerd Müller como el máximo goleador en la historia de los mundiales. Brasil parecía que iba a arrollar a Ghana, pero...
Los africanos, ya sin nervios, se apoderaron de la pelota e, increíblemente, encerraron en su campo a Brasil. El empuje africano les llevó a disparar hasta en siete ocasiones a gol, pero sin éxito. Unas veces fue su imprecisión, otras la experiencia de los defensas brasileños para estorbar en el último instante, y Dida, claro.
Pero entonces llegó el mazazo. Adriano, en offside, culminó con la rodilla una rápida combinación que inició Lucio, siguió Kaká y centró Cafú en el minuto 46. Fue el gol 200 de Brasil en los Mundiales. Los 65.000 espectadores, a excepción de los 10.000 brasileños, abuchearon el tanto, y arreciaron a partir de entonces los gritos de “¡Ghana, Ghana!”.
El panorama no cambió en el segundo tiempo. Ghana dominó el juego, pero siguió enviando remates a la tribuna y enredado en la madeja defensiva de Brasil.
Con la expulsión de Asamoha Gyan por simular un penal el partido terminó, aunque le faltara el gol de Zé Roberto, a seis del final. Brasil redondeó un triunfo con el revés de su tradición futbolera: poco juego y mucha efectividad.