LIMA (AFP) - El anuncio de un emblemático congresista de que se apartaría de las filas del nacionalista Ollanta Humala debilita a la mayor fuerza opositora en el Perú y facilita la gobernabilidad del presidente electo Alan García, quien asume su cargo el próximo 28 de julio.
Ayer, Carlos Torres Caro, quien fue candidato a segundo vicepresidente y uno de los dirigentes más cercanos a Humala durante la campaña, anunció que él y un grupo de congresistas -un número aún no aclarado- elegidos por Unión por el Perú (UPP) se retirarían de las filas del candidato nacionalista.
La razón expresada por Torres Caro es que Humala abrió su partido a fuerzas de izquierda radical. Con esa misma tesis, el vocero oficial del partido nacionalista, César Pajares, anunció que dejaba la agrupación, lo que ahondó la crisis en UPP.
"La presencia de estos líderes (de izquierda radical) no converge con las tesis nacionalistas que son la democracia, la gobernabilidad y la defensa irrestricta de los bienes patrimoniales", aseguró Pajares . Ese anuncio abre el paso a una dispersión de las fuerzas de Humala, quien, con 45 bancas sobre 120 del unicameral Congreso, contaba con convertirse en el gran líder opositor.