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30 » Aug 2009 |
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Felisberto Hernández |
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La vida del escritor uruguayo Felisberto Hernández fue dura: la pobreza amenazaba con comerle los talones todo el tiempo, tuvo que ganarse la vida tocando el piano en clubes de segunda, pero logró escribir, cuando la falta de tiempo le daba respiro, cuentos que mucho tiempo después serían apreciados por parte de los escritores más importantes del boom latinoamericano.
Ahora un indiscutido, las nuevas generaciones, de boca en boca, y en alguno que otro suplemento cultural, comienzan a saber quién fue.
Murió en 1963 y fue Julio Cortázar quien lo elevó a la estatura de héroe personal. Llegó a dedicarle una carta, con Felisberto ya fallecido, que sirvió de prólogo a una compilación de buena parte de su obra.
Los condimentos de la vida de Hernández adquieren ribetes novelescos: se codeó con parte de la intelectualidad de París en los años cuarenta. Allí había ido becado por el gobierno de Francia y terminó conociendo en Europa a una de sus cuatro esposas: una espía de la URSS, algo por completo desconocido por él.
De esa imperdible historia, casi una novela de espionaje no exenta de los estiletazos del amor y la oscuridad, pueden encontrar, más datos, en este artículo. |
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Categoría : Quemando teclados | Comentarios [0]
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