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Una buena mezcla entre lo social y lo turístico

El viaje inaugural del "tren social" emocionó a muchos. Hay esperanzas de lograr una buena explotación turística.

"Nunca la dejamos morir”, afirman los hombres que se ocupaban de la locomotora Baldwin en los talleres.

EL BOLSON (AEB).- Un estridente silbato que se multiplica en los cerros cercanos y el humo negro que asciende en la mañana cordillerana anuncian la llegada a El Maitén del "Viejo Expreso Patagónico" en su viaje inaugural del ramal Jacobacci-Esquel. "La Trochita está viva y vuelve a renacer la esperanza" señala un ferroviario, con lágrimas en los ojos, mientras los pobladores sueñan con miles de pasajeros y la reactivación de la alicaída economía local.

Como surgida del túnel del tiempo, la portentosa locomotora "Baldwin" construida en 1922 en norteamérica, ingresa triunfalmente en la estación de El Maitén transportando varios vagones de madera que son la formación del histórico viaje, ese que reinaugura un ramal esencialmente turístico y por el que hay cifradas esperanzas de los gobiernos de dos provincias.

"Nunca la dejamos morir. Los talleres siguieron trabajando, mantuvimos en condiciones las vías, porque siempre supimos que "el trencito" iba a renacer de sus cenizas" señalan con orgullo los hermanos Oscar y Alfredo Mancilla, Fidel Soto, Luis Senguerr y Juan José Infantino, responsables del tren de trocha angosta mas famoso del mundo. "Su fama está a la misma altura que el Transiberiano o el Expreso de Oriente" acota el secretario de turismo del Chubut Ricardo del Valle.

Los números le dan la razón. Clubes de amantes de los ferrocarriles de todo el mundo se apuran a pedir cotización para viajes especiales que les permitan reencontrarse con la historia. "El año pasado, 20 ingleses pagaron 12.000 dólares para alquilar el tren por un fin de semana. Hicieron el viaje a marcha lenta y con muchas paradas para sacar fotos. Ya tenemos pedidos de norteamericanos, españoles y japoneses, entre otros" cuentan.

Los fanáticos de los ferrocarriles con historia son los que más saben de cada máquina, de vagones originales y de las anécdotas que rodean a cada ramal. Por eso, se emocionan ante las locomotoras "Baldwin" y "Henschel" (alemana) que conservan la misma potencia y piezas originales de cuando salieron de la fábrica, en los alocados años 20 del siglo pasado.

Para los vecinos de El Maitén, donde están instalados los talleres de reparación, "La Trochita" es parte de su vida. Cada año homenajean al tren con la Fiesta Nacional del Tren a Vapor y todos se estremecen al sentir el agudo silbato y adivinar el humo negro que indica el inicio de un nuevo recorrido.

"En la época de la famosa frase "ramal que para, ramal qu cierra" nosotros mantuvimos nuestros trenes, por eso ahora podemos reabrir este tramo con fines turísticos" cuentan al unísono German Jalabert, presidente de Sefepa y el responsable de turismo del Chubut. Agregan que "todo eso se lo debemos a los ferroviarios, que nunca bajaron los brazos, para mantener todo en funcionamiento".

El tren turístico, en un recorrido acotado, tuvo 9.700 pasajeros en el año 2002 y hasta setiembre de este año ya lleva 17.000 personas registradas. Mucho tienen que ver en ese incremento la dirección de turismo de El Maitén y los prestadores turísticos que ofrecen, de manera incansable, el paseo inolvidable.

"Amo los ferrocarriles y La Trochita me permite compartir esa pasión con los turistas. Tenemos armado un paquete muy interesante que colma las expectativas de todos los visitantes" señala Jorge Szwarcnabel, responsable de la empresa bolsonesa "Grado 42", principal operadora turística del tren.

Desde el lunes pasado "La Trochita" comenzó nuevamente a transitar los paisajes cordilleranos entre Ingeniero Jacobacci y Esquel. Son 405 kms. de recorrido con más de 600 curvas que debe sortear el pequeño tren de 75 cms. de trocha para arribar a la ciudad chubutense. Las locomotoras pueden imprimirle una velocidad de marcha promedio de 45 kms/h.

En ese viaje re-inaugural, compartido por "Río Negro", hubo espacio para todas las sensaciones. La principal de ellas: la emoción que vivieron los ferroviarios que comandaron el convoy. En sus rostros se adivinaba la alegría por el regreso a las vías y la esperanza por dar nueva vida a un tesoro que ocupa gran parte de sus vidas.

La salamandra que ocupa el centro del vagón, los asientos de madera, las pequeñas ventanillas que muestran el paisaje agreste de la meseta patagónica, el compartimento del maquinista pintado de negro hollín y caldeado por el fuego alimentado a fuel oil, el furgón de cola que sirve de alojamiento para los responsables del viaje, las curvas del camino que se repiten hasta el cansancio...todos esos elementos dejan en el pasajero la sensación de estar viviendo una gran aventura salida de los viejos libros de viajes, tan habituales en otras épocas.

Este "tren social", como lo definieron las autoridades rionegrinas y chubutenses tendrá inicialmente una frecuencia semanal, para ir incrementando el servicio con el correr del tiempo. Los pobladores de El Maitén, que arman su vida cotidiana alrededor del "Trencito" están más que agradecidos.

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