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El control administrativo
En otros municipios existen mecanismos expeditivos para el control y castigo de las conductas irregulares de los funcionarios. Pero en la Carta Orgánica de Bariloche ese capítulo es un compendio de vacíos y ambigüedades.
Los propios jueces consideran que ese ámbito de acción debería preceder al envío masivo de denuncias a los tribunales ordinarios.
Cuando comenzó el descalabro de la administración municipal, el Tribunal de Cuentas se mostró impotente para encarrilar las conductas de los responsables de administrar el dinero público. Con alguna envidia leían en los diarios que sus pares de Roca -por ejemplo- tiene potestad para instruir sumarios e imponer multas a los funcionarios incumplidores.
El año pasado el Concejo Municipal aprobó una ordenanza declarando la necesidad de reformar la Carta Orgánica. Por esos días los representantes de todos los partidos consideraban urgente establecer facultades sancionatorias para el Tribunal de Cuentas y reglamentar los mecanismos de suspensión y revocatoria de mandato para el intendente.
Con el año electoral, esa fiebre reformista quedó archivada y el intendente Alberto Icare anunció hace poco que dejará correr los tiempos hasta el 2006, cuando la Carta Orgánica cumplirá 20 años. (AB)
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El desprecio por normas comunales no tiene sanciones
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