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Descubren un bosque petrificado y un cementerio de dinosaurios

Perdidos entre troncos y huesos del Cretácico

Horas de descanso. Los fósiles están a unos 750 metros sobre el nivel del mar y el campamento a unos 600. El fabuloso templo natural fue localizado a unos 70 kilómetros de Neuquén en siete días de intenso trabajo en el lugar. El poco tiempo fue motivo de festejo para el equipo.

El yacimiento donde se rescatan los restos de un dinosaurio herbívoro está a más de una hora de caminata del campamento Para llegar, más allá del orientador satelital que comanda el geógrafo Mc Caskill, la licenciada en turismo Laila Vejsbjerg colocó tiritas de naylon que tenía previsto retirar sobre el cierre de la campaña Cuando por una u otra razón de salen del camino, casi siempre de regreso al campamento, el grupo tiene una recompensa "Encontramos más troncos, más fósiles, nuevas formaciones y pequeños cañadones que enseguida quedan registrados (en la libreta de Mc Caskill)", explica Salgado sufriendo por la cardos que penetran sin pudor sus zapatillas náuticas!

Si bien cada uno tiene una misión definida y todos cumplen con lo suyo, el que se lleva las palmas por eficiencia y ganas es José Aravena quien está en el Endemas a través de un plan laboral. Aravena, de 30 años, maneja el campamento y se ha revelado como un muy buen técnico a la hora de desenterrar los fósiles. El día que este diario llegó al lugar también lo hizo el director del museo de Cipolletti, Carlos Muñoz, como fiscalizador de la campaña. A la par de ellos, durante un par de días, trabajó la 'casi' licenciada en turismo Mayra Alcaráz, quien también colaborá con el Endemás.

En pleno campo, además de anécdotas y fogones largos, el grupo compartió media docena de asados, casi todos a cargo de Raúl Bolatti, quien no usa parrilla sino ramas de jarilla que le dan un toque auténticamente patagónico a la carne, con hueso o sin él. (AN)

Proyecto Dinópolis

A José Ignacio Cantudo le sobran los dos nombres y el apellido, por lo menos en la Argentina. Es que para todos se trata de Iñaki, tal es el apodo que lo acompaña desde que era el niño que su cara se empeña en perpetuar. El investigador, además de participar de la campaña de rescate, dictará un curso en a Universidad Nacional del Comahue, por la que fue invitado. El curso se llama "Aprovechamiento turístico de la paleontología en zonas deprimidas económicamente". La referencia parece calzar como anillo al dedo en la región y sobre todo en la margen sur del río Limay.

Hay más de un punto en común con una exitosa experiencia en Aragón. Allí, contó Iñaki, se montó una suerte de parque temático denominado Dinópolis donde se recrearon dinosaurios, se exhiben fósiles y se adaptaron escenarios interactivos para los niños. El proyecto funciona a las mil maravillas en la localidad de Teruel, un sector postergado pero muy bello. La tentación de hacer comparaciones es irrefrenable y a priori surge una gran diferencia: el espacio, en Teruel todo está cerca. Aquí todo es inmensidad y eso complica. (AN)