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Historia

La "contraofensiva", una estrategia que terminó con la agrupación

En diciembre de 1976, debilitados y al borde de la extinción, los altos jefes montoneros se exiliaron en Italia y Cuba. La cúpula de la agrupación, entre los que se encontraban Mario Firmenich, Fernando Vaca Narvaja y Roberto Cirilo Perdía, comenzó a planear y a comandar lo que se llamaría la "contraofensiva" Para la conducción alcanzarían unos cuantos cientos de combatientes en el país para producir un levantamiento popular y organizar una insurrección que destituyera al gobierno militar y condujera a Montoneros al poder Esta estrategia le costó a Montoneros cientos de bajas y causó que la organización sufriera un nivel de penetración de inteligencia militar que hacía que, no bien llegaban al país, los ejecutores de la "contraofensiva" fueran detenidos y desaparecidos Otros jefes menores que comandaban la "contraofensiva" y entraban y salían del país eran Raúl Yager, Julio Roqué, Horacio Campiglia y Horacio Mendizábal. Todos resultaron muertos o desaparecidos entre 1977 y 1983 Firmenich trazó desde su exilio la estrategia de la "contraofensiva" en dos "olas". La "primera ola" fue en 1978: los jefes guerrilleros estimaron que el fervor del Mundial de Fútbol en el país ayudaría a un levantamiento popular y caída del gobierno militar. Pero esa contraofensiva fue liquidada en pocos meses En consecuencia, los jefes planearon la "segunda ola", entre fines de 1979 y principios de 1980. Fue entonces que se produjo el episodio conocido como la "Rebelión de los Tenientes", que encabezó Miguel Bonasso: no estaba de acuerdo con la segunda contraofensiva, pese a que había avalado la primera, y se produjo su ruptura con Firmenich En febrero de 1980, 18 militantes montoneros regresaron del exilio para intentar esa "contraofensiva" en la "operación guardamuebles". La inteligencia militar estaba al tanto de ella y terminó con la muerte y desaparición de todos. El fracaso de la primera "ola", la falta de recaudos de los jefes montoneros para la segunda y la posible connivencia entre éstos y los jefes militares es lo que investiga ahora el juez Bonadío.

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