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El comienzo de la adolescencia, en una ceremonia

Una reafirmación de la identidad

NEUQUEN (AN).- Dentro de la ceremonia donde las niñas están en el centro de la escena, los muchachos forman una celebración propia. Es también parte de la recuperación de la identidad y se denomina el Baktuwvn -que se pronunciaría lacu tugun- y simboliza el traspaso del conocimien-to de los abuelos a los nietos, además de la transferencia del nombre.

En la celebración de ayer, a falta de abuelos, el rol de baku fue tomado por amigos o parientes elegidos por los padres de los chicos. Los baku se comprometieron a acompañar a los jóvenes en su proceso de reafirmación del ser mapuche y en caso de la ausencia de los padres tienen una función más amplia e inmediata.

De acuerdo a la tradición, del traspaso y la reafirmación depende el futuro del pueblo en el territorio. De eso habló el lonko de la confederación mapuche, Elías Maripán.

Así las cosas, los baku -una figura que sintetiza algo parecido a un padrinazgo- aconsejarán a los niños en su período de crecimiento e incluso cuan-do lleguen a la adultez. El símbolo de la unión es la entrega de un xarilogko, la característica vincha tiene mayor tamaño cuanto más grande es el individuo.

Una vez finalizada la ceremonia, los niños y las niñas recibieron la indumentaria con la que dan a conocer su nueva condición. Las madres fueron las encargadas de cambiar la ropa de sus hijas a quienes le colocaron el kepam (quipan), una tela rectangular que cubre el cuerpo, sujeta al hombro derecho con un punzón de plata con lo que se indica su condición de soltera. Este vestido originalmente se hacía con lana y se teñía con elementos naturales.

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