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"La clase media está saliendo del ostracismo"

El sociólogo Battistini analiza las expectativas que la gente expresa. "Existe la necesidad de construir nuevas representaciones", afirma. Indica que hay una tendencia a reconstruir los lazos solidarios.

Frente a las expectativas actuales con respecto a una virtual dirigencia política nueva, en cuanto a revertir la crítica situación de la población, el sociólogo Osvaldo Battistini expresó que "no depende solamente de estar representado, sino también de lo que la sociedad haga con eso".

El especialista, sociólogo e investigador, coordinador del área de Identidades y Representaciones Políticas del Centro de Estudios e Investigación Laboral (Ceil-Piette) del Conicet, y docente de la facultad de Ciencias Sociales de la UBA, hizo hincapié en la "importancia de que haya un discurso nuevo" y en la necesidad de construir nuevas "representaciones populares".
En este sentido, se refirió a la significación del proceso que se inició en diciembre del 2001 como "el germen de algo nuevo", en el que estallaron las experiencias traumáticas que se vivieron durante la última dictadura militar y durante los años 90, en los que hubo "una individualización de la sociedad".

Battistini expresó que "en ese verano del 2002 la sociedad ganó un espacio que había perdido y lo gana resignificando lo que debía ser la democracia y la política. Gana ese espacio desde distintos lugares, lo gana la clase media saliendo de un ostracismo político, porque se venía de una individualización muy grande de la sociedad". Reseñó que hubo un retraimiento, un encerrarse por el miedo durante la dictadura y que luego, en los `90, se reforzó esa cultura del individuo, del éxito rápido, del consumo, del consumo importado.

"Se habían generado valores nuevos que habían terminado con las promesas de futuro que tenía la clase media en otras épocas; si alguna posibilidad tenían los sectores obreros y medios de proyectarse al futuro, era tener un empleo y credenciales de formación educativa. Eso se había roto y entonces no había promesas de futuro; sólo era lo inmediato porque después no se sabía qué iba a pasar", expresó.
Señaló que en esa época se "destruyen los lazos solidarios, había una situación de ajenidad respecto de otro; con la dictadura se le tenía miedo al "otro" y con el menemismo el "otro" era un enemigo porque iba a quitarme mi lugar".

En este marco, el experto consideró que la crisis de diciembre del 2001 empezó a reconstituir el tejido social; "se vuelven a buscar en la memoria los lazos solidarios, y empieza a haber un reconocimiento en el "otro"; al "otro" le pasa lo mismo", precisó. Un momento en que, desde los sectores barriales, las asambleas comenzaron a aglutinar intereses y descontentos, pero que ahora declinaron: algunas desaparecieron, otras se achicaron, "pero ese germen quedó", puntualizó Battistini. "El germen político de lo que pasó quedó en algún lugar", dijo.

En el marco de la organización social y de las contradicciones sociales, el especialista remarcó que la contradicción histórica marcada entre el capital y el trabajo, "sigue existiendo y sigue siendo la fundamental, aunque se buscó diluirla". "Lo que se logró durante estos últimos años es justamente diluir esa contradicción y generar fragmentaciones en la sociedad que al trabajo no le permiten verla. Por ejemplo, hay fábricas modernas donde la mayor parte de los trabajadores son jóvenes con estudios secundarios, que no se reconocen como trabajadores; están más cerca de pensar como el capital que como el trabajo", explicó.

"Esto está inculcado por mecanismos muy sutiles que tienen que ver con una forma de organización del trabajo, con una forma de gestión de los recursos humanos, con la idea de generar un sector de trabajadores que no se sientan trabajadores", continuó.

Al describir al conjunto de los sectores populares, Battistini se refirió a los segmentos más empobrecidos, "absolutamente fragmentados, como en el caso de los desocupados, desocupados con plan de empleo, sin plan de empleo, desocupados de clase media que no tienen nada, desocupados en la absoluta marginalidad".

"Lo que se vive hoy es el reino de la fragmentación social", enfatizó y añadió: "Por eso es importante poder trabajar en las articulaciones, en los puentes entre todos estos sectores, en función de trabajar para una construcción de representación nueva de los sectores populares".

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