MAS INFORMACION

"Falta un proyecto de vida donde apoyarse"

Piden a gritos que los guíen, que los acompañen...

Cómo se ven los adolescentes dentro de diez años

Un fructífero taller realizan con chicos de la secundaria. "Revoleando la cartera, con cirrosis", dijeron.

Como nunca, los adolescentes emiten señales y mensajes de pedido de ayuda, alertan especialistas que investigan este fenómeno.

En un curso de tercer año de una escuela polimodal (equivale al 5 año del otro sistema) ubicada en una zona periférica de Lomas de Zamora, provincia de Buenos Aires, se trabajó con los alumnos en un taller, con la temática "cómo me veo en el futuro". La consigna fue que armen una escena. En la dramatización -la acción se ubicó a diez años- conversaron sobre sus compañeros: uno se murió por "cirrosis", a otro lo mataron -apareció en una zanja-, otro está muerto por las drogas.

Cuando se conversó sobre el trabajo, salió que uno de ellos tiene un "carrito", otra "revolea la carterita", aquella es maestra jardinera, el otro militar (estaba en curso la Tercera Guerra Mundial, se dijo). Otras impresiones salidas del trabajo dio que un compañero de ellos "se hizo homosexual" y había otra que "había conocido alguien de plata" y ahora "ni los conocía".

La actividad se desarrolló en el marco de una serie de talleres que se realizaron en esta escuela media, entre 1999 y 2001. Los talleres fueron coordinados por un equipo de salud mental -compuesto por dos psicólogas y una trabajadora social- perteneciente a un Centro de Salud del barrio. El acercamiento a la institución escolar surgió del equipo, ya que lo que se podía observar es que los adolescentes no acudían al establecimiento sanitario en forma espontánea.  

La idea de la propuesta

La propuesta fue trabajar con los alumnos, a partir de sus inquietudes, que fueron relevadas mediante un sondeo. También se mantuvieron reuniones con directivos de la institución y el plantel docente La modalidad de taller permite la apertura al diálogo, y si bien los temas que surgieron están, algunos de ellos "mediatizados" -es inevitable que estén determinados por los medios masivos de comunicación que marcan de qué hay que hablar y por qué hay que preocuparse-, es interesante que se ponga en juego qué es lo que queda de tanta información, a nivel de la subjetividad.

A partir de estos sondeos, se armaron los siguientes talleres: sida, drogas, sexualidad, vínculos familiares, orientación vocacional. Hay que diferenciar lo que plantearon los docentes, como preocupante: entre otras cuestiones, la cantidad de chicas embarazadas y las que ya fueron madres.

El fragmento del taller que se relata al comienzo resulta significativo en relación a cómo estos chicos viven la muerte. Impactó cómo el tema era tomado con tanta naturalidad, como parte de una cotidianidad. La angustia, obviamente, quedó del lado de los adultos, los docentes. De parte de los chicos, había una alta dosis de risas y humor. Se trataba de una ficción, que ayudaba a velar en un juego algo del horror de la realidad  

Los que se pierden primero

Esta escuela se ubica en una de las zonas más castigadas por la pobreza en el conurbano bonaerense, con un alto índice de desocupación, con casas precarias y servicios deficientes. Por la inseguridad, la gente que allí vive se encierra ya desde la tarde en sus casas. Las víctimas más frecuentes de robos son los chicos que se trasladan a sus lugares de estudio o de trabajo.

Podría decirse que la escuela es una de las instituciones públicas que permaneció, como pudo, en pie, en medio de la crisis que se profundizó en los últimos años, crisis que afectó a todas las instituciones del tejido social No puede desconocerse que seguramente la representación social que hoy se tiene de la escuela sufrió una transformación. Para muchos sigue siendo un referente importante -restos del ideal de progreso quizás-, para otros pareciera que está vaciada de significación.

En zonas de pobreza y marginalidad, los que acceden a la escuela, los que pueden permanecer -esto no se da sin una familia qu acompaña- se constituyen de alguna manera en un grupo privilegiado o selecto. Los otros se "pierden" antes de llegar: en la calle, teniendo que trabajar para sostener a sus familias, en actividades ilegales. Están los que todavía tienen un pie adentro del sistema, y los que quedan por fuera. Indudablemente la escuela dejó de ser el ámbito por excelencia de transmisión cultural y preparación para la vida productiva -ideales de la era industrial y moderna.

En la misma línea, el niño era aquel que no tenía responsabilidades. Su función era la de ir a la escuela a aprender y también jugar. El modelo de familia burgués da el marco ideal para desarrollar esta crianza. Este es uno de los puntos más complicados con que nos encontramos los qu trabajamos en el ámbito de la salud en intersección con el educativo.

Es el punto de quiebre, por donde los niños y los adolescentes hacen síntoma, expresan su malestar, sufren. Los desórdenes de conducta, las dificultades en el aprendizaje, los actings, hablan de fallas importantes en relación a la instauración de la ley, función, que, en general, ejerce el padre, pero no exclusivamente -la madre es la que tiene que da lugar a que esa función se mantenga.

Quizás no deba llamar la atención que una de las temáticas que con más insistencia buscaban trabajar los alumnos en los talleres, fue justamente la de los vínculos familiares. El material emergente en las actividades mostraba a los chicos siendo partícipes en sus casas de situaciones en las que los adultos pierden el control: se pelean, se alcoholizan, se deprimen, discuten con violencia, se desconfían mutuamente, se celan incontrolablemente. Los velos del pudor están ausentes.

A esto se suma la queja de no ser escuchados por los padres y un gran recelo hacia ellos. No se les tiene confianza y la palabra de ellos no vale

Entrevista a Alma Gutman, licenciada en Psicología.