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¿Y si la causa se queda sin Garzón?

Garzón podría ingresar a la Corte Penal Internacional.

BUENOS AIRES (ABA).- Corrían los días de Semana Santa de este año, y un país que se debatía en la pulseada del peronismo entre el presidente interino Eduardo Duhalde y el ex Carlos Menem recibía, sin ningún protocolo oficial, al ícono de la justicia universal El español visitaba por unos días a algunos amigos, académicos y organismos de derechos humanos. Jamás se dijo, en aquel entonces, los verdaderos motivos de ese viaje que pasaron fundamentalmente por afilar contactos políticos locales con vistas a un deseo íntimo del magistrado español: ingresar en el transcurso del 2003 a la Corte Internacional Penal.

Meses atrás, el 7 de febrero, las Naciones Unidas votaron por 120 votos a favor y 7 en contra la conformación de este revolucionario status internacional judicial para juzgar delitos de genocidio o lesa humanidad. No pasó inadvertido que entre los 7 votos en contra figuraron EE.UU y España. Sumado a esto la mala relación política que mantiene Garzón con el gobierno del PP español, encabezado por José María Aznar, la ecuación impidió que aquel pudiera formar parte de los actuales miembros de la CPI.

Garzón podría ingresar a la Corte Penal Internacional.

Garzón llegó entonces a Buenos Aires de la mano de su amigo, el fiscal de Bahía Blanca, Hugo Cañón, con quien efectuó sondeos ante integrantes del gabinete de Eduardo Duhalde y su candidato el actual presidente Néstor Kirchner.

La misión fue un éxito ya que Garzón se volvió a Madrid con el voto "in pectore" en el bolsillo de Argentina, Brasil, Perú y Bolivia.

El 20 de julio último se remitieron las carpetas con los antecedentes de Garzón a la sede de la CPI con sede en La Haya. Ya cuenta con el apoyo interno del ex fiscal Moreno Ocampo, flamante integrante del Alto Tribunal Internacional, que es uno de sus principales lobbystas Ayer, mientras se agilizaban los tiempos de la discusión del decreto presidencial que permitiría la extradición de militares argentinos, se comentaba en Cancillería que el juez español "ya estaba pensando mas en su futuro en la CPI". El dato es relevante, ya que el gobierno argentino debe contestar el pedido de extradición que ya aceptó el juez argentino Rodolfo Canicoba Corral.

Los tiempos del decreto presidencial serían cortos, aunque el trámite final de la extradición podría durar al menos 30 días sin contar que en el medio pueden aparecer apelaciones y hasta intervenir la Corte Suprema.

Para entonces Garzón ya estaría preparando las valijas. Por supuesto que el juicio no prescribe ni mucho menos, pero ¿sería lo mismo en manos de otro juez español?; ¿avalaría este otro magistrado el principio de extraterritorialidad que no place al establishment español?

Además, desde la CPI Garzón estará inhabilitado para juzgar a los militares de la última dictadura como cualquier otra aberración que haya ocurrido antes de la conformación del Tribunal de Justicia Internacional.

Se podría inferir que descomprimiría la presión natural que la figura del juez estrella le imprime a la causa, y dejaría mas tranquilos a sectores castrenses nacionales.

Anoche a ultima hora "Río Negro" logró comunicarse con el fiscal bahiense Cañón quien descartó "una negociación política como cambio de moneda para que Garzón consiguiera el apoyo argentino en su posible futuro ascenso judicial ".

"Los contactos es cierto que existieron. No le puedo decir con quienes, pero sería muy importante que un hombre de la estatura moral de Garzón pase a integrar la CPI".

¿Qué cree que sería más importante para Garzón, juzgar primero a los militares argentinos o entrar a la Corte ?, preguntó este diario La respuesta tajante de Cañón fue: "Garzón prefiere que sea la justicia argentina la que juzgue. Sino, seguirá haciendo lo imposible para que el delito no prescriba".

Horacio Caride

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