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Las autoridades de "Nuestra Casa" se defendieron

La directora del nosocomio y el jefe de Salud Mental admitieron que el lugar "dista de ser ideal". Sin embargo, negaron que el instituto sea el responsable de la muerte de Villanueva.

En "Casa Nuestra" niegan que el estado del lugar sea intolerable, si bien reconocen que se puede

ROCA (AR).- El caso de Graciela Villanueva, que desnudó la desidia del Estado rionegrino con los enfermos mentales, generó ayer la reacción de las autoridades del hospital "Francisco López Lima" de Roca. Luego de que este diario revelara la convivencia de los pacientes del Instituto Nuestra Casa con cucarachas y roedores, además de la atención con "limonada" para calmar los males de la joven que finalmente falleció, la directora del nosocomio, Cristina Uría, y el jefe de Salud Mental, Edgardo Sartino, accedieron a hablar. En este sentido, admitieron que el lugar de internación "dista de ser ideal", pero negaron que su estado sea ruinoso.

El dato para destacar es que, para justificar el trabajo que se hace en el presente, Sartino reconoció una falencia peor. "El lugar ha estado en peores condiciones sanitarias y de higiene. Dista de ser lo ideal, pero es lo que hay", declaró ayer.

Los médicos negaron que la situación sanitaria del instituto haya tenido relación con la neumonía que le provocó la muerte a la paciente.

Uría consideró que "si bien reconocemos que la casa está falta de mantenimiento, yo no me atrevería a decir que está cerca de lo intolerable, como para no poder trabajar en el lugar. Estamos un poco distantes de eso".

Sobre el caso particular de la muerte de Villanueva, no quisieron dar información al respecto por existir una investigación judicial. Tampoco quisieron hacer referencia a ciertos aspectos del tratamiento médico recibido por la paciente en sus últimos días de vida, amparándose ambos en el secreto médico. De todas maneras, Uría descartó toda relación entre la muerte de la paciente y el estado de deterioro del instituto, donde pasó internada sus últimos tres meses de vida.

Cabe recordar que el Instituto "Nuestra Casa" forma parte de las denominadas casas de medio camino, centros de atención diurna para personas con afecciones mentales. Cuando "Río Negro" recorrió el lugar e viernes pasado -durante una visita que hizo la fiscal penal Ana Benito- constató que allí existía una gran cantidad de cucarachas y ratas, además de haber serios problemas de calefacción e infraestructura. En ese lugar vivía Graciela Villanueva, quien era una paciente inimputable y con custodia policial permanente.

Respecto de las responsabilidades en el mantenimiento del instituto, Uría confirmó que éste depende del hospital de Roca y forma parte de las obligaciones que la institución tiene. "El mantenimiento que se hace está de acuerdo con la capacidad que tenga el hospital y del personal disponible en ese momento. El hospital se encarga dentro de sus posibilidades y del presupuesto que maneje", indicó.

Tanto Uría como Sartino consideraron que la ley 2.440, que eliminó los manicomios en la provincia, en su espíritu es buena, pero que necesita modificaciones que la hagan más operativa y aplicable a la realidad de la salud mental en Río Negro.

Uría entendió que "estamos sobrepasados en todo sentido: por el crecimiento de la demanda (un 10% en los últimos dos años) y agravado por la falta de acompañamiento de otras instancias que hagan mejor aplicada a la ley".

Sartino consideró que "la justicia tiene sus tiempos, que no son los mismos que los de salud. Por ejemplo, tener un paciente durante un año internado a la espera de la resolución legal para su reinserción social es demasiado tiempo".

Sobre la realidad de la salud mental en Río Negro, ambos profesionales destacan que es necesario actualizar la cuestión presupuestaria y articularla con más infraestructura y complementación con los demás ámbitos involucrados en la reinserción social de los pacientes, tales como educación, promoción social y justicia. Así se podrá trabajar con más amplitud en relación a la actual demanda de atención.

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