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"Estoy
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El testimonio del hijo
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Perpetua para una pareja acusada de un crimen
Es por el homicidio de Raúl Sepúlveda Barra, ocurrido en Roca.
La mujer era la ex esposa de la víctima, con quien tenía dos hijos.
Su amante reconoció ante los jueces ser el autor del asesinato.
ROCA (AR).- Una pareja de amantes fue condenada
ayer a prisión perpetua, al ser hallados responsables por la Justicia
por el crimen del ex esposo de la mujer condenada.
Se trata de Dalila Cares y Juan Carlos Siebenhaar, juzgados por el crimen
de Raúl Sepúlveda Barra, cuyo cuerpo fue encontrado en un canal de riego
de Paso Córdoba, 15 días después de su desaparición.
Su cuerpo había sido desfigurado por el accionar de perros vagabundos,
pero de todos modos, las pericias dactilares y odontológicas, permitieron
su identificación.
Siebenhaar, abrumado por las pruebas en su contra que incluyeron escuchas
telefónicas, reconoció haber sido el asesino. Sin embargo, en todo momento
dijo que había actuado solo, y que Cares -su amante y ex mujer de la víctima-
no había tenido nada que ver.
Sin embargo, los jueces de la Cámara Segunda del Crimen, destacaron varias
contradicciones en las que incurrió la mujer, y la acusaron de partícipe
necesario, ya que indicaron que le había suministrado tranquilizantes
a su ex esposo para poder llevar adelante el crimen. Esta planificación
fue resaltada por los jueces, y además destacaron que hasta la aparición
del cadáver, ella aseguró que Sepúlveda Barra -con quien convivía y tenía
dos hijos- se había ausentado por propia decisión.
La víctima habría sido asesinada entre las última horas del 13 de mayo
de 2001, y las primeras horas del día siguiente.
Pero la coartada de Cares comenzó a derrumbarse con el paso de los días.
A algunos allegados a la pareja les dijo que se había ido a bailar. Llamó
la atención cómo Sepúlveda Barra no había llevado su campera, especialmente
porque esa noche hacía frío.
Se contradijo con otros conocidos al asegurar que se había ido a comer
pollos al disco a lo de un amigo. Llegó utilizar las cámaras de Canal
10 para pedirle públicamente a Sepúlveda Barra que regrese al hogar, cuando
la coartada de la ausencia voluntaria del hombre aún estaba en pie. Pero
para esto, Sepúlveda Barra ya estaba sin vida, y los jueces están convencidos
que Cares lo sabía.
Uno de los testimonios más importantes, fue el de un hijo de Cares y Sepúlveda
Barra, que al momento del crimen tenía 11 años, y que vio a su padre antes
de ser asesinado.
La hipótesis de que la víctima haya estado bajo los efectos de calmantes,
se potenció cuando se supo que Sepúlveda Barra había practicado karate,
y que varios conocidos aseguraron que no era muy fácil de doblegarlo en
un forcejeo.
La pista de los calmantes se confirmó cuando se realizaron las pericias
toxicológicas a un tejido extraído del cuerpo de la víctima, donde se
confirmó que había rastros de Valium. Además, varios conocidos de Sepúlveda
Barra, coincidieron en que éste no tomaba tranquilizantes ni estaba bajo
tratamiento médico.
Siebenhaar aseguró que a la víctima la mató tras golpearlo con una barra
de aflojar tuercas de rueda. Dijo que Cares esperaba una hija suya, y
que Sepúlveda Barra lo amenazó con matar a la criatura y a la mujer. Incluso
aseguró que Cares presentaba dolores de parto y que Sepúlveda Barra no
la dejaba ir al hospital. Siebenhaar dijo que por ese motivo empezaron
a forcejear, y le pegó con la barra en el cuello tras caer ambos al suelo.
Los jueces entendieron que si Sepúlveda Barra hubiera ingerido por su
cuenta los tranquilizantes, no hubiera sido impedimento para que la mujer
fuera a un centro de salud. De todos modos, al día de hoy no se pudo establecer
cómo fue asesinada la víctima, ya que el estado de descomposición en que
fue hallado el cuerpo sin vida, impidió saber la causa.
El abogado Jorge Crespo, defensor de ambos imputados, tiene diez días
para apelar la sentencia al Superior Tribunal de Justicia.
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