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El cuerpo y el espíritu en la música

Un trabajo duro

"Tabaquito es ruptura, absoluta ruptura de canciones, producción, arreglos, robos, dolores, sangre". Exultante, Gandini asegura que "nunca, nunca se hizo lo que estamos haciendo"."Nos cansamos de perder, nos cansamos de llorar, de la mediocridad, de los supuestos músicos talentosos, de las mentiras. Y el corte lo hicimos el año pasado cuando nos llamó Alejandro Lerner para ser su banda y actualizar sus barrocos arreglos y le dijimos que no. ¿Sabés?, yo doy mi vida por la música, Gabriel también", asegura Alejo.

"Por eso nuestra música es 'Música sin pasado'. Lo único que importa es la canción. Siempre estamos persiguiendo 'la canción'. La diferencia es que ahora somos sastres, aprendimos a vestir de gala a cualquier canción, a transformar una porquería en un aparente gran tema... Si a eso le sumas dos cabezas super críticas y doce horas de trabajo diarias, el resultado es simplemente hermoso", confiesa.

"Para llegar a hoy necesitamos trece años de calle, de dolor, de golpes, de famas temporales, de ser 'prostitutas' del arte, de que nos roben nuestro nombre "Jirafa en llamas", comernos juicios, lograr nuestro primer contrato y tener que grabar el disco solo por un ahorro de dos pasajes, accidentes, separaciones... en fin, el nacimiento de algo realmente importante tiene que ser doloroso, estoy absolutamente convencido de eso". Y concluye: "estos años me enseñaron a romperme el ojete para lograr lo que quiero. Es lo único que sirve. No hay apellido, talento o verso que te convierta en Harry Potter, solo romperte el alma por lo que quieras y al final...en el peor de los casos luego de largos años, lo lograrás".

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