Miércoles 21 de mayo de 2003

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La menopausia demanda otra alimentación

  Cuando hay que modificar la dieta
 
  Con el transcurso de los años hay más incidencia de trastornos de diversos tipos, debido al normal envejecimiento del organismo. Algunos de ellos se aceleran con la menopausia, como la osteoporosis, también aumentan los problemas vasculares.
En este período empieza a incrementarse el infarto y es frecuente la aparición de HTA, a veces ligada a la obesidad o la diabetes tipo II. Estas patologías requieren modificaciones dietéticas que veremos a continuación.
Osteoporosis:
La reducción de masa ósea es el factor etiológico esencial en la génesis de la osteoporosis. En la etapa posmenopáusica, la osteoporosis se caracteriza por la pérdida ósea debida a la carencia de estrógenos. Vemos entonces, que el sexo femenino es un factor de riesgo en la etiología de la osteoporosis.
Un aporte adecuado de calcio parece decisivo para obtener una buena masa ósea. El capital óseo constituido durante la adolescencia puede ser un buen factor de prevención de osteoporosis. En conclusión un buen aporte de calcio, dentro de una alimentación equilibrada es fundamental.
Para que la absorción de calcio no se vea alterada es necesario:
- Disminuir el consumo de tabaco y alcohol.
- Asegurar la presencia de vitamina D.
- Evitar el abuso de café, que puede aumentar la excreción urinaria de calcio.
- Y fundamentalmente cuidar el aporte de calcio para cubrir su requerimiento diario. Basta con 2 vasos de leche extra calcio por día, o un vaso de leche + un yogur + una tajada de queso por ejemplo.
Es conveniente insistir en que la densidad ósea depende no sólo del calcio que ingerimos, sino también del ejercicio físico, que deberá complementarse junto con la dieta, adecuándolo a cada persona.
Obesidad:
La obesidad es un factor de riesgo de diversas patologías como las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, la hipertensión y otras.
Este hecho confirma la necesidad de cuidar el peso mediante una buena intervención dietética en el momento en que el problema se evidencia. El tratamiento de la obesidad en la menopausia debe enfocarse de igual forma que en el adulto.

Hipertensión arterial:
Es frecuente que la tensión arterial aumente en el período de la menopausia. Las medidas que deben adoptarse se centrarían en el aporte de sodio de la alimentación.
Es posible seguir una dieta equilibrada sin adición de sal. El éxito se basa en crear unos hábitos alimentarios en la condimentación que de ninguna manera son incompatibles con una alimentación agradable.

Arterioesclerosis y enfermedades vasculares:
Con la edad y sobre todo en el período posmenopáusico, algunas mujeres experimentan un aumento de tasa de colesterol total.
También se ha constatado que las HDL disminuyen, por lo que el factor de riesgo de infarto aumenta. En realidad, la incidencia de infarto en la mujer posmenopáusica va igualándose a la del hombre.
Por estos motivos es necesario hacer algunas modificaciones dietéticas, más o menos estrictas en función de los problemas que presente cada mujer.
La dieta contempla en síntesis, los siguientes puntos:
- Disminución de colesterol alimentario.
- Disminución de las grasas saturadas.
- Aumento de las grasas polinsaturadas de cadena larga.
- Aumento de ácidos grasos monoinsaturado (aceite de oliva).
- Disminución de peso si la paciente está por encima del peso correcto.
- Mantener el aporte de calcio. En este caso será indispensable utilizar productos lácteos descremados.
   
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