Lunes 19 de mayo de 2003 | ||||
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Los precios de venta por unidad de medida Nueva normativa nacional obliga a poner el precio por unidad de medida para que el consumidor pueda comparar con facilidad. El sistema, bueno, tiene problemas en su efectiva implementación. ¿Qué pasa en los súper de la región? Más sobre los precios. Si un paquete de seis salchichas cuesta $ 2,16 y otro de calidad equivalente pero con ocho unidades sale $ 2,72, ¿cuál resulta finalmente más económico? La respuesta no es difícil; basta aplicar regla de tres o tan sólo dividir mentalmente para obtener el precio unitario de cada salchicha en ambas presentaciones, comparar... y listo.
¿Ah, sí? A ver quién se acuerda de la regla de tres o puede hacer cálculos mentales, con decimales, mientras tiene el carrito del supermercado a medio llenar, con el tiempo siempre apremiante o un hijo o dos colgados de la mano y pidiendo el "postrecito" tal. Para facilitar a los consumidores la resolución de ese intríngulis, la Secretaría de la Competencia, la Desregulación y la Defensa del Consumidor dictó, para todo el territorio nacional, la Resolución 55/2002 que obliga a los autoservicios a referir los precios con respecto a una unidad de medida uniforme para productos de la misma clase. El mismo problema que se presenta con las salchichas, acontece también con hamburguesas, algunos lácteos (yogures, postres y quesos en pote que suelen contener distinto gramaje), galletitas y productos de limpieza e higiene y tocador. La disposición obliga a que todos los productos comprendidos exhiban el precio del paquete, pote, "pack" o envase tal cual se comercializa y, además, el valor por unidad de medida. Es decir para el caso de las salchichas, por ejemplo, por cada 100 gramos o por kilo, con lo cual la comparación es automática y no hace falta sacar ninguna cuenta. En el espíritu de la medida se ve una clara orientación a favor del consumidor, cosa que debe ser destacada. Sin embargo, del dicho al hecho hay mucho trecho, reza el refrán, y nada más cierto en este caso. Una recorrida de "Río Negro" por los supermercados permitió verificar que la normativa no está del todo bien implementada. Para empezar, en algunos comercios, el sistema no se ha puesto en marcha o se lo ha hecho parcialmente, a pesar de que la obligación de hacerlo rige desde el 15 de marzo pasado en todo el territorio nacional. Y alcanza a los "autoservicios": o sea supermercados, hipermercados y mercados de barrio también, si la modalidad de comercialización es la señalada. Luego, la resolución dice que se "deberá indicar en caracteres de igual realce el precio de venta por unidad de medida" de los productos. ¿Igual realce significa tamaño? Si es así, esto no se cumple. Todo lo contrario, el valor por unidad de medida figura muy chiquito y, a veces, en el extremo inferior, con lo cual queda tapado por la pestaña de la marquesina. Hasta aquí lo formal. Más confuso es el cumplimiento en lo conceptual. En las góndolas se ve que se aplican dos y hasta tres unidades de medida para distintas presentaciones de los mismos productos. Por ejemplo, salchichas que aclaran su precio por cada 100 gr y otras por kilo. Ya ahí ya es difícil la comparación. Lo mismo pasa con los jabones. Un caso especialmente confuso se ve con el papel higiénico, rollos de cocina y servi lletas de papel. Unos muestran el costo por unidad refiriéndolo a 10 metros; otros a 1 metro y algunos a 1 rollo ¿Cómo saber entonces si es más económico un pack de 4 rollos por 30 metros cada uno u otro de 6 rollos de 40 metros, si la unidad de medida no es la misma? Imposible. El problema sigue siendo tan engorroso como antes de la implementación del nuevo sistema. Por último, también se ve, dentro de una misma clase de artículos, que hay marcas a las que no se le coloca el precio por unidad de medida. La suspicacia llama a pensar que hay alguna razón para no brindar la información. De todas maneras, no todas son pálidas. En aquellos caso donde el precio por unidad estaba bien colocado y uniformado para productos de la misma clase, pudieron verse cosas interesantes. Un jabón de tocador de primera línea valía $ 0,76 los 100 gramos en un "pack" de 3 pastillas de 90 grs. cada una y los mismos 100 gramos de esa marca costaban, en cambio, $ 0,93 si estaban en un "pack" de tres pastillas de 150 gramos cada una. Una diferencia de precios de 22,3% a favor de las pastillas de 90 grs. Convenía, toda la vida, comprar los jabones más pequeños. Una abuela diría, tal vez, que no, porque los jabones chicos, si quedan en el agua o bajo la ducha mucho tiempo, duran menos y el ahorro se diluye. Pero eso es economía doméstica, que se maneja con otros patrones. En todo caso, hay que instruir a la familia para que deje la perfumada pastilla a resguardo del agua y con buen drenaje. Para agendar Por suerte, en materia de precios, las competencias están claras y son cercanas. El consumidor o aun el comerciante con dudas debe recurrir para quejas o consultas a: • En Neuquén: Departamento de Comercio Interior, Elordi 547, teléfonos (0299) 4495739 - 4495732. Su jurisdicción es para toda la provincia. • En Río Negro: Dirección de Comercio Interior, Belgrano 544, 5 piso, CP. 8500, Viedma. (02920) 423061 - 425933. O en las delegaciones: Roca, Tucumán 1456. Cipolletti, 9 de Julio 472. Bariloche, John O'Connor 242. Regina, Fray Luis Beltrán 218. Mónica Jofré rnconsumidores@rionegro.com.ar
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