Kirchner gobierna Santa Cruz con propensión al caudillismo
Una característica que genera expectativas no exentas de inquietud cuando se la reflexiona en función de las responsabilidades inherentes a la presidencia.
Con acertada precisión la a-gencia de noticias France Press definió la contradicción en cuestión: "Hombre de pensamiento abierto en Buenos Aires, Kirch-ner aplica mano de hierro para gobernar su provincia, donde actúa a la manera de esos caudillos autoritarios que dominan la vida política argentina".
Hiperactivo y con pasión por la política germinada casi en su niñez, Kirchner parece estar lejos de generarse tensiones en el manejo de esa contradicción.
Pero no puede dominar las expresiones de la irritación que le causa toda pregunta destinada a analizar ese mundo de opuestos.
Un hombre que viene de la militancia más dura en el peronismo de los "60, blanco de cár-cel y tortura y hoy ex diputado nacional -Rafael Flores- denuncia sin eufemismos el estilo Kirchner, del cual fue compañero de militancia en La Plata, en sus años de universidad. "La gestión como gobernador de Santa Cruz desmiente en los hechos el discurso progresista del que se disfraza", sostiene Flores.
De carácter irritable expresado en estallidos que orillan lo colérico, en sus tres períodos co-mo gobernador Kirchner montó una estructura de poder que gravita decididamente en todos los pliegues y repliegues de la vida santacruceña.
Durante su primer mandato, Kirchner ya comenzó a trabajar para lograr la reforma de la Constitución provincial.
Objetivo: tener vía librea su reelección.
Pero en el marco de ese proyecto, tuvo señal verde para aumentar el número de miembros de Tribunal Superior de Justicia de Santa Cruz. Y pudo así situar hombres de propia tropa en el alto tribunal.
Logró así ir cerrando un esquema de poder institucional definidamente proclive a sus designios de acumular poder político
Un poder que fue pacientemente construido neutralizando progresivamente el accionar de la oposición política y gremial.
Y no tuvo contemplacio-nes con aquella oposición que resistió su estilo de ejercer el poder.
Un ejemplo muy evidente de esa cosmovisión en el manejo del poder es el desafío planteado por Kirchner a la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Porque Kirchner asumirá la presidencia teniendo una deuda con la Corte Suprema, un caso virtualmente inédito en el país.
Hace tres años, el máximo tribunal le ordenó reincorporar al sistema judicial al doctor Eduardo Sosa, un ex procurador al que separó del cargo fundando la decisión en la reformulación del ministerio Público que acarreó la reforma de la Constitución santacruceña.
Sin embargo, había sido la independencia de criterio con que Sosa condujo la Procuración la motivación primordial que alentó la decisión de Kirchner.
El manejo de la publicidad oficial fue otra de las herramientas a las que apeló el gobierno provincial del flamante presidente electo para intentar encolumnar a los medios de difusión en una línea acorde con el gobierno.
Lo sucedido al diario "Tiempo Sur" de Río Gallegos lo ejemplifica. Con una línea editorial independiente que perturbaba al gobierno, este tomó revancha quitándole publicidad oficial.
Todo un intento destinado a ahogar las finanzas del medio. Cosa que sin embargo no logró.
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